El Teatro Coliseo vivió un encuentro marcado por el recorrido de clásicos de una banda que a estas alturas, figura como un auténtico clásico en el rock en español. Virus dio todo un repaso de su discografía en lo que corresponde a sus más grandes éxitos.
La noche dio inicio con un Teatro Coliseo que se repletó casi inmediatamente se abrieron las puertas para recibir a los teloneros Zebra 93, agrupación integrada por un baterista y guitarrista de nacionalidad chilena y una vocalista argentina, quienes dieron una presentación que el público recibió respetuosamente y con aplauso constante.
Ante un público expectante, la pantalla de fondo del escenario proyectó el nombre de la banda nacida en la provincia de La Plata, dando paso al ingreso de los íconos de los 80’s con el tema «Sin Disfraz», los hermanos Marcelo y Julio Moura, junto a su baterista clásico Mario Serra y su staff de músicos, dieron comienzo a un show de rock, synthpop y new wave que emocionó a todos los asistentes.
El público dejaba ver el cruce generacional que representa la música de Virus, pudiendo distinguirse desde personas ya entradas en edad con expresión nostálgica del evento, hasta jóvenes entusiastas también amantes de los revolucionarios del rock latinoamericano.
El transcurso del show se concentró en un setlist con un total de 24 canciones, entre las que destacaron éxitos de la talla de «Tomo lo que Encuentro», «Lugares Comunes», «Imágenes Paganas», «Pronta Entrega» y un par de tributos a su fallecido vocalista Federico Moura, donde con su voz e imagen en vídeo como base, interpretaron «Dicha Feliz» y «Hay que salir del Agujero Interior».
El concierto tuvo su cierre a todo furor del público con sus infaltables temas «Wadu-Wadu» y «Luna de Miel en la Mano», momento que además estuvo marcado por la constante firma de autógrafos que personas del público le pedían a los músicos a artículos como discos, vinilos e incluso una guitarra que sorpresivamente una persona logró ingresar.
La banda originaria de Argentina llevó todo lo más representativo del rock clásico y de manufactura latinoamericana a un espectáculo marcado por la nostalgia que tocó tanto a fans veteranos, como a los más juveniles.
Nota de Oscar Vargas Egaña
Fotos de Jesús López