El ambiente se cargaba de emoción cuando, alrededor de las 19:30 horas, los primeros seguidores comenzaban a dirigirse hacia el RBX Xperience Rock Bar: un centro de eventos bien conocido para los aficionados del género en Chile, ya con las clásicas poleras de bandas, esperaba con ansias se presagiaba una tarde-noche que prometía ser un evento memorable. La expectativa no era en vano; en el horizonte de la noche, el acto principal sería nada menos que Heretoir, la banda alemana cuyo sonido post-black metal evoca paisajes emocionales intensos y melancólicos a través de sus acordes y letras profundas.
Contrario a lo que suele suceder en los conciertos, una sorprendente cantidad de aficionados llegó temprano para apoyar a IIII y Luxferre, desafiando la tendencia habitual de ingreso de una menor cantidad de gente a las actuaciones de las bandas nacionales en conciertos internacionales.
Este apoyo inicial no solo reflejó la creciente reputación y el potencial de IIII y Luxferre, sino que también adelantaba la energía y el entusiasmo que las bandas nacionales desatarían en el escenario. La anticipación de los asistentes crecía a medida que el ambiente tomaba forma con personas y conversaciones previas creando una atmósfera incluso antes de que las luces se atenuarán para dar inicio al evento.
IIII, cuarteto de post-doom con influencias del hardcore, minimalismo, ambient y noise, había generado una expectación entre los asistentes. Cuando el reloj marcó pasadas las 20:00 horas, IIII tomó el escenario y desató una vorágine de oscuridad. Su estilo, directo y oscuro, mantuvo al público en vilo más de treinta minutos. Aunque uno había escuchado previamente a la banda a través de plataformas digitales, la experiencia en vivo confirmó y superó las expectativas. Con temas como Élegos / Nimio / Sceleratus / Fauces y Judas, viene a afirmar aún más, la calidad de su música y la intensidad de su actuación como una manifestación de una profunda y densa sonoridad que atrapó al público desde el primer acorde.
Posteriormente, llegó en lo personal una banda que considero un tremendo hallazgo nacional: Luxferre. Con temas como «Voices», «The End Begins» y «About Loss and Hope», mantuvieron la densidad dejada por IIII en su presentación, pero agregaron un sello único que nos llevó a las profundidades del doom. Mostraron la destreza de la banda para mantener a un público completamente atrapado en su música. Y es que, con solo tres temas, demostraron su gran talento y el motivo por el cual resalto, Luxferre es una banda no solo para escuchar, sino para experimentar en vivo. Su actuación fue una perfecta y una reseña no es calificativo para algo tan magistral, siendo una perfecta transición o ante sala manteniendo la intensidad del evento en alto y preparando el escenario para lo que Heretoir nos tenía dispuesto.
Ya cercano a las 22:00 el misticismo encarnado en el Post-Black metal alemán de Heretoir, caerían al escenario del RBX Xperience, con una sombría melancolía, pintada con pinceles de profunda nostalgia. La entrada al círculo sin fin del doom comienza con los primeros acordes de «Exhale». Luego comenzaría un sombrío viaje por la historia musical de Heretoir, pasando por la batalla contra la naturaleza con “Twilight of the Machines”, volviendo a la raíz que los llevó en 2011 entre lo progresivo, entre lo shoegaze y un ritual de black metal con “Heretoir”.
En una segunda parte de la historia, se sigue está odisea con «Fatigue», «Grau Bauten», volvemos a “The circle”, un tema que es para alejarse de la negatividad, con un audífono, pensamientos e introspección como es “Golden Dust”. Pasamos desde algo introspectivo, hacia una sonoridad, agresiva, pero con una esencia atmosférica presentando su nuevo trabajo hasta el momento en sencillos con “Wastelands”. Heretoir, siguiendo con “The Circle” y llegando un punto culmine con “Just for a Moment» y «The White».
Heretoir, una banda que se sumerge en las profundas aguas del post-black metal, fusiona la melancolía con la furia, la desesperación con la esperanza. Emergiendo de las sombras de la escena musical con raíces firmemente plantadas en los fundamentos del black metal, Heretoir expande sus horizontes con influencias post-metal y shoegaze, creando un lienzo sonoro que es tanto devastadoramente bello como brutalmente desgarrador. Sus composiciones, ricas en texturas y emociones, invitan al oyente a un viaje introspectivo, navegando por paisajes internos de pérdida, nostalgia y redención.
Desde su formación, Heretoir ha evolucionado manteniendo un equilibrio precario entre la luz y la oscuridad, lo etéreo y lo terrenal. A través de sus álbumes, la banda explora la fragilidad de la condición humana, usando sus instrumentos como pinceles para pintar un mundo donde el dolor se convierte en arte y el sufrimiento en catarsis. Cada riff de guitarra, cada grito desgarrador, cada pasaje atmosférico sirve como un testimonio de la lucha eterna entre la desolación y la búsqueda de significado en un mundo fracturado. Heretoir no solo captura el espíritu del post-black metal; lo reinventa, invitando a sus seguidores a encontrar belleza en la desolación y fortaleza en la vulnerabilidad.
Esa sensación es la perfecta resolución de un gran show, en donde fue un viaje, entre lo etéreo y lo terrenal. A través de sus álbumes, sensaciones, introspección, post Black Metal y Shoegaze.
Agradecer a Feral por la invitación y a Cristian Belano por las fotografías.