La banda chilena Doctor Kanutto es mucho más que un grupo de músicos; está compuesta por profesionales de la salud mental que transformaron su pasión compartida por la música en un medio para expresar y procesar emociones. Surgidos en una unidad de psiquiatría donde trataban a adolescentes con problemas graves, decidieron crear algo único: un espacio donde el arte se encuentra con la introspección, resultando en un sonido que combina brutalidad y sensibilidad.
“En un lugar donde convivimos con el sufrimiento, la música fue nuestra conexión con la emoción placentera. Nos dimos cuenta de que tocar juntos sería una experiencia catártica y creativa, un respiro que necesitábamos tanto como profesionales como individuos”, señala uno de los miembros fundadores.
¿Cómo nació Doctor Kanutto y qué los motivó a combinar su experiencia profesional en salud mental con la música?
Doctor Kanutto surge como un proyecto de profesionales de la salud mental que, enfrentándose diariamente al dolor y trauma de adolescentes en una unidad psiquiátrica, encontraron en la música una vía de conexión emocional y escape. Inicialmente, exploraron covers de rock y heavy metal, pero la idea de crear micro tributos —versiones propias de temas icónicos— impulsada por JuanK Gómez, los llevó a componer su primera canción, Kuervo, inspirada en Motörhead.
Con la incorporación de Tedy en la segunda guitarra, el sonido de la banda ganó fuerza y nuevas influencias. Para ellos, la música no solo es un vehículo de catarsis y creación, sino también un medio de conexión con la realidad emocional y con la audiencia. En sus presentaciones, especialmente frente a jóvenes, reflexionan sobre el mensaje que quieren transmitir, incorporando en sus letras reflexiones terapéuticas y filosóficas sobre el sufrimiento y la experiencia humana.
Evolución a través de los desafíos
Tras la pandemia, ¿qué desafíos enfrentaron al redefinir la banda y cómo influyó esto en su sonido y dinámica como grupo?
La pandemia redefinió la esencia de la banda. Cambios en la alineación y tiempo para explorar técnicas que nos llevaron a un sonido más pesado, con influencias del metal de los 80 y 2000. La pandemia nos permitió experimentar y consolidar un sonido que hoy es completamente nuestro. Las afinaciones bajas, métricas complejas y una fusión de estilos nos han llevado a explorar territorios nuevos dentro del metal alternativo chileno.
Creatividad en movimiento
¿Cómo es el proceso de composición y producción en su estudio casero? ¿Qué buscan transmitir con sus letras cargadas de existencialismo y narrativa literaria?
Hemos pasado por tres etapas. En la etapa pre-pandemia, las composiciones surgían espontáneamente en los ensayos, inspiradas en micro tributos a bandas de culto reinterpretadas con su estilo. Tras la pandemia, el sonido evolucionó con técnicas modernas y estructuras más complejas, registrando cada ensayo para replantear y perfeccionar ideas. Finalmente, al decidir crear maquetas, logramos dar forma definitiva a las canciones, refinando los detalles para convertirlas en composiciones completas y coherentes.
Preparando el futuro
Con su disco en vivo en camino, la banda busca establecer su lugar en la escena del metal alternativo chileno, conectando con una audiencia que valora la autenticidad y la profundidad emocional. “Lo que queremos transmitir va más allá del sonido; es un mensaje de reflexión, de conexión y de trascendencia”, concluyen.