Un año se ha cumplido desde que la queridísima banda sueca lanzó su más reciente entrega. “Dance Devil Dance” es un álbum que llega a entenderse como una provocativa invitación a retomar aquel musical infernal que tanto disfrutamos con la banda en sus mejores discos.
Esta vez, y a diferencia de los anteriores, ha logrado dar en el clavo con una propuesta más oscura que abraza mayormente el metal, pero sin dejar de lado esos ritmos y coros tan pegajosos que han sabido crear a lo largo de su carrera.
Desde el inicio nos sumerge con una mezcla de riffs potentes y oscuros, sumados a una energía que te atrapa de inmediato. Sobre todo, con «Dance Devil Dance», el himno de apertura que tiene varias secciones que pasan de ritmos frenéticos a coros épicos con un gran trabajo vocal de Johannes.
Un ejemplo perfecto de la maestría que han perfeccionado para combinar la agresión del metal con esos ganchos melódicos juguetones. Aún queda harta creatividad a la hora de hacer buenas canciones.
Dentro de lo mejor que tiene este elepé en sus 11 canciones está «Valley of Disease», una pieza con una intro totalmente doom metalera, en la cual, consiguen trasladarnos por diversas atmosferas sonoras que son oscuras y en todo momento abrasivas. No temen a la hora de utilizar elementos electrónicos para enriquecer aún más la experiencia. Con letras que son totalmente apocalípticas, nuevamente se pasean en diversas secciones que adornan con arreglos bastante bien ejecutados, respaldados en todo momento por un Johannes que es totalmente provocativo con sus guturales.
Es curioso el caso de «The Dirt I’m Buried In» pues es la más disonante dentro del propio concepto del álbum, pero a su vez es la más efectiva a la hora de quedarse en tu cabeza por horas. Además, su ambiente vacilón la convierte en la más digerible y amable con los nuevos oyentes de la banda. Por muy popera que llegará a sentirse es realmente la canción que mejor te puede hacer entrar a la banda, sobre todo si es primera vez que los escuchas. Además, su video, del cual hablamos aquí (hipervínculo de los mejores 5 videos), es una genialidad.
«Violence No Matter What», cantada a forma de dúo por Johannes y Lzzy de Halestorm, es una pieza que opta por la fórmula ganadora de la banda, es decir lento, estruendoso y llena de secciones épicas. La sincronía que tienen las dos voces, con sus respectivos espacios para que cada uno brille por su cuenta, es fenomenal, pues muestran una gran química que comparten en los diversos segmentos melódicos y guturales.
En resumen, estamos ante un álbum que fácilmente cabe dentro de la categoría de redención, sobre todo porque vuelven a su fórmula tradicional, con cierta exploración que no los priva mucho de jugar más a la segura. También se dan el tiempo de mostrar la amplia gama de influencias musicales, que van desde el metal clásico, hasta elementos más contemporáneos del género como la inclusión de segmentos con bases electrónicas. Interesante y bastante efectivo. Sin duda que lograron entregar algo que deja satisfechos a sus fans y a ellos mismos, pues aquí se nota una confianza mayor en cada canción.
«Dance Devil Dance» se convierte en un paso firme en este largo camino de exploración y evolución sonora que han tenido desde el gran “The Black Waltz”. Sin duda que es un buen álbum y que tendremos la fortuna de escucharlo por primera vez en vivo el próximo viernes 16 de abril en el Teatro Cariola.