Luego de que “Transnational Speedway League” (1993) los pusiera en el radar de los medios y sellos discográficos, gracias a canciones furiosas y desenfrenadas como “A Shogun Named Marcus”, Clutch tenía que dar el siguiente paso en su ascendente carrera. Superarse a sí mismos nunca es fácil, pero si algo nos ha enseñado la historia de esta banda es que su hambre musical y creatividad siempre han sido su principal motor.
Bajo el sello East West Records, el cuarteto estrenaría en mayo de 1995 no sólo lo que serían las bases del stonner rock, sino también uno de sus mayores éxitos comerciales hasta la fecha.
¿La clave? Quizás sea esa rica saturación en las guitarras que inmediatamente nos atrapa y guía durante sus trece canciones. Aunque también puede ser esa exquisita combinación bluesera que se siente desde el track uno o los diversos géneros que nos van sutilmente presentando. La verdad es que hay mucho de donde enamorarse con este álbum.
El aura que crea hace que todo se sienta parte de un gran ecosistema sonoro, vivo y cambiante. Este viaje nos muestra la capacidad que tienen para jugar con diversos estilos, y su gran habilidad a la hora de absorber al oyente en un increíble viaje.
Sea intencional o no, la trilogía de “Escape From The Prison Planet”, “I Have the Body Of John Wilkes Booth” y “Spacegrass”, muestran que la banda perfectamente se puede adentrar en la densidad y oscuridad del spacerock, sobre todo en la maravilla que es esta última. Es un género que, al menos en este disco, pareciera venirles como anillo al dedo, aunque sin alejarse de su crudo y característico stoner.
Entre toda la intensidad y distorsión, los de Maryland también coquetean con el groove que tiene el blues rock y que se puede encontrar desde la genial apertura que da “Big News I”, hasta en piezas como la marchante “Tight Like That”, y una “Droid” que cautiva con sus riffs, tempo pausado y atrapante atmósfera. No podemos dejar de destacar la perfecta transición que hay entre este último y “The House That Peterbilt”, una maravilla.
Aunque si hablamos del stoner y hard rock en su máximo esplendor, no podemos dejarnos en el tintero lo que hacen en “Big News II” con esas guitarras cargadas de psicodelia y funk en el fondo, o también en la desgarradora voz que Neil Fallon pone para “Rock N Roll Outlaw”, y qué decir de la contundencia de “Texan Book Of The Dead” o “Animal Farm”, simplemente geniales.
Con este segundo álbum, Clutch se encarga de mostrar con firmeza el por qué son considerados los pioneros del género. Este increíble elepé es el que sienta las bases de lo que sería una discografía que fácilmente podemos catalogar como consistente y sólida.
En resumen, fue una sabia decisión dejar de lado el frenetismo que tuvieron en sus inicios para atreverse con una propuesta más arriesgada, una que solo esta banda podría conseguir tan dignamente. Y es que “Clutch” (1995) no aburre en ningún momento, es cautivador, denso, pero sumamente poderoso. Es un álbum que todo fanático de la banda debe conocer y escuchar al menos una vez en su vida.