En la noche de ayer, el histórico Teatro Caupolicán se convirtió en el epicentro de una emotiva celebración cargada de expectación. Conmemorando 35 años de una travesía musical inigualable, la icónica banda argentina de punk rock, 2 Minutos, regresó a nuestro país en un esperado evento que encapsuló los éxitos y momentos imborrables que han conquistado el corazón de sus seguidores a lo largo de los años.
Previo al inicio del espectáculo, la audiencia llenó el teatro gradualmente, manifestando su impaciencia con enérgicos gritos y cánticos, mientras sus coloridas melenas agitaban el ambiente; incluso un pequeño mosh pit se formó en el centro de la pista. Puntualmente a las 20:00 horas, las luces se desvanecieron y un preludio musical envolvió el espacio. Con estruendosos aplausos y algarabía, Machuca hizo su entrada al escenario, marcando lo que sería una noche inolvidable.

Con un breve saludo a la audiencia, Machuca desató una sucesión de alrededor de 20 canciones que trascendió la nostalgia y resonó con vitalidad en un escenario saturado de sonido. La potencia de su música y la entrega apasionada del público crearon una atmósfera cargada de emoción y electricidad. Los clásicos como «Corazón Desilusionado», «Olvidando», «Inhumano» y «No quiero vivir antes de haber vivido» se alzaron como los pilares de un espectáculo sólido y completo, anticipando una velada que se avizoraba prometedora

La interacción entre la banda y sus seguidores se convirtió en una danza de energía mutua, donde cada acorde y cada grito reflejaban la profunda conexión que había sido forjada a lo largo de los años. El escenario se convirtió en un santuario donde la música se convertía en un vínculo tangible entre artistas y admiradores, y donde el tiempo parecía detenerse en medio de la pasión compartida. La entrega apasionada de la banda y su habilidad para canalizar la esencia del punk rock con una fervorosa autenticidad, junto con la respuesta eufórica y frenética de la audiencia, crearon un mar de emociones en constante intercambio.

Con el paso del tiempo, el teatro se llenó hasta los bordes, con banderas ondeando desde la platea. La euforia de los asistentes aumentaba, acompañada de las tradicionales cervezas, la búsqueda de sus asientos y la inclusión de menores de edad en la dinámica del recinto.
La sorpresa llegó cuando 2 Minutos hizo su entrada triunfal en el escenario, obsequiando posters a los afortunados ubicados en las primeras filas. Entre las travesuras y juegos del vocalista Walter Velázquez, y acompañados de videos del grupo en pantalla, la euforia se desencadenó con el inicio de «Mundo TV».

Los miembros de la banda expresaron su agradecimiento al público y rindieron homenaje a Machuca. Presentaron «Demasiado tarde (La marcha)», una canción que avivó aún más el ímpetu de la audiencia, demostrando su dominio sobre el escenario en un tiempo récord.
La noche avanzó con melodías como «Amor suicida», «Borracho y agresivo» y «El se va», momento que aprovecharon para saludar a aquellos provenientes de distintas regiones, destacando incluso la presencia de un menor de edad acompañado por su madre.

Después de un breve incidente en la audiencia que Velázquez tuvo que intervenir, la banda arrancó con «Vamos a la granja» y «Novedades». Durante la interpretación de «Gatillo fácil», se incrementaron las medidas de seguridad en la barrera para prevenir posibles incidentes.
La energía de la velada se mantenía en su punto álgido con canciones como «Felicidad», «¡Qué mala suerte!», «No me moleste» y «Canción de Amor». La mayoría del público se sumergía en el mosh pit en el centro de la cancha, intensificando aún más el fervor cuando sonaron «Otra vez (La casa de Juan)» y «Como caramelo de limón», canciones que fueron entregadas con pasión por los fanáticos.

En un gesto afectuoso, la banda invitó a un niño de la sección de cancha al escenario. Después de saludar a su madre y expresar sus deseos de diversión, interpretaron «Vago», «A.X.E. (Amnesia por ebriedad)» y «Lado oscuro».
2 Minutos felicitó a Machuca por sus 32 años de historia, desatando una emoción palpable en la audiencia. Continuaron con «Tema de Adrián», «Naif» y «Washington». Entre risas y brindis con el público, llegó el momento cumbre con la emblemática «Valentín Alsina» y «Jason», esta última con el vocalista portando la icónica máscara del personaje.

Mientras Velázquez tomaba un breve respiro, el resto de los miembros continuaban tocando «La ladrona», «Casa de dos», «Correo de amor» y «Mal romance». Con el retorno de Velázquez al escenario, siguieron con «Realidad uno», «Mosca de bar» y «Piñas van, piñas vienen», alternando con cortos intervalos para descansar mientras el público persistía saltando y coreando cada letra de las canciones.

Tras saludar nuevamente a los asistentes de diferentes regiones, continuaron con «Falta», «Lejos estoy» y «Todo lo miro». «Otra mujer» generó un entusiasmo particular, con una introducción acapella que desató emoción, seguida por «Nada que hacer».
Mientras la velada tocaba su tramo final, el ambiente se cargaba de una energía palpable. La noche avanzó con «Arrebato», mientras 2 Minutos compartía cervezas en el escenario al son de «Aeropuerto». Sin respiro, llegó uno de los momentos más anticipados: la interpretación de «Ya no sos igual». La audiencia respondió con una efervescencia inigualable, entregando una energía contundente en cada instante.

El broche de oro se materializó con los acordes finales de «2 minutos», sellando la noche en un torbellino de pasión y música. Los integrantes de la banda se abrazaron en el centro del escenario, reflejando un cóctel de cansancio y dicha. Los aplausos reverberaban en el teatro, un eco ensordecedor de una velada que se grabará en la historia de todos los presentes.

Los cánticos inundaron el recinto en despedida a la legendaria banda argentina. En ese instante, el Teatro Caupolicán se transformó en el epicentro de la pasión compartida entre 2 Minutos y sus fieles seguidores. La velada, que conmemoraba 35 años de música inigualable, fusionó los éxitos atemporales de la icónica banda de punk rock con la euforia desbordante de una audiencia entregada. Desde los enérgicos inicios hasta el emocionante cierre, el concierto no solo celebró una travesía musical, sino que forjó una conexión indeleble entre la música y aquellos que la han hecho parte integral de sus vidas.

Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a la productora Outsider y a Atenea por brindarnos la invaluable oportunidad de presenciar este espectáculo, así como al destacado trabajo fotográfico de Cristian Belano durante toda la jornada.
Nota de Kevin Fuentealba
Fotos de Cristian Belano