Reseña: Lukas Arias / @lukariass
Fotos: Eduardo Sandoval / @edo_cl
En una tarde calurosa, el Teatro Coliseo ya mostraba signos de actividad temprana, con una larga fila de seguidores ansiosos que se formaba desde tempranas horas. Los primeros fanáticos habían llegado para presenciar el regreso de Black Veil Brides a Chile después de ocho años (y un poco más).
El ambiente estaba impregnado de emoción cuando ingresé al recinto y me encontré con globos rojinegros flotando en el aire, mientras esperaba la actuación de la banda chilena Chances, encargada de abrir la noche.
Chances: Entre sombras y susurros
Un público expectante, que se encontraba ansioso por ver a su banda favorita, esta vez, mantenía sus ojos fijos en el escenario mientras la nanda nacional comenzaba su set, sonaba el tape que anunciaba el inicio de «Primero en Caer», el primer track de su más reciente álbum «Chances» (2023). La banda comenzó a resonar los primeros riffs llenos de un post-hardcore bien oscuro y con cosillas de metalcore, mientras Tam Rivas, la cantante, subía al escenario saludando al público y recitando los primeros versos, “Voy a contar hasta 10, oír tu mentira otra vez”, una línea que me puso los pelos de punta y que resonó en mí durante toda su presentación.
Fue un espectáculo breve, con un público algo tímido, aunque pude notar a varios moviendo la cabeza o levantando el brazo al ritmo de la música. El setlist incluyó 8 canciones, de las cuales siete eran de su último trabajo, mientras que la otra era de su primer EP titulado «Tramas» (2014), una excelente adición en mi opinión. El público quedó satisfecho, expresando su aprobación con aplausos que fueron recibidos con gratitud por los músicos.
Personalmente, considero que cerraron el espectáculo de manera impecable con dos temas que nunca deben faltar en un show de Chances: «Caminantes» y «Sendero». Estas canciones me dejan una sensación de historia por concluir, lo cual encaja perfectamente tanto con el cierre de sus actuaciones como con el final del álbum. Es una sensación muy gratificante y enriquecedora que se agradece profundamente.
BVB: Reencuentro en la oscuridad
El público coreaba ¡Black Veil Brides! ¡Black Veil Brides! ¡Black Veil Brides! mientras a las 9 de la noche en punto comenzaba a sonar el Opening Title de Stephen Sondheim, creando una expectación gigantesca. Cuando la banda finalmente se apoderó del escenario, el quinteto de Cincinnati abrió su esperado espectáculo con «Crimson Skies», desatando la locura entre sus seguidores. Toda la cancha del Coliseo saltaba y cantaba con gran fervor.
El show continuó con «Rebel Love Song», donde cada asistente coreaba cada palabra que Andy Biersack pronunciaba. Luego, me impresionó ver cómo la audiencia entonaba «Wake Up», haciendo temblar los cimientos del recinto capitalino. La entrega de energía fue notable, llegando al punto en que el espectáculo tuvo que detenerse por algunos minutos debido a que una de las barricadas aparentemente se rompió.
Era inevitable que sucediera, pero de vez en cuando, las fanáticas coreaban «¡mijito rico, mijito rico!» hacia Andy, quien no entendía absolutamente nada y simplemente agradecía. El espectáculo rebosaba de energía, tanto por parte del público como de la banda misma. Los músicos se apoderaron por completo del escenario y ofrecieron una excelente actuación. «Cuídense mucho», dijo Andy, mostrando su preocupación por los asistentes, especialmente aquellos en las primeras filas que no la pasaron muy bien debido a los constantes empujones, algo común en todos los conciertos, por supuesto.
Andy dio inicio a un breve encore, instando al público a repetir el apodo del baterista. Pidió que corearan «CC, CC, CC», antes de proceder a un impresionante solo de batería que dejó a más de uno con la boca abierta. Muchos no lo esperaban, pero cuando empezó a sonar «The Legacy», la multitud enloqueció. La banda logró hacer saltar y cantar a los más de 2000 fanáticos dentro del teatro.
Después de un segundo bis y los gritos de los presentes nombrando a la banda, sonó «Overture» para dar paso a «Lost It All», una balada protagonizada por Andy cantando suavemente y Jeremy «Jinxx» tocando el violín, algo que me pareció espectacular.
La locura alcanzó su punto máximo cuando los norteamericanos interpretaron «Fallen Angel», con todos entonando al unísono las líneas «We scream, we shout», y culminaron con su himno «In The End», convirtiendo el recinto en un sexto miembro, ya que en muchas ocasiones pude escuchar más al público que a la banda, algo poco común y digno de felicitar a los fanáticos.
Voces del Fandom
Tuve la oportunidad de hablar con algunas fanáticas que estuvieron presentes anoche y también en el show del 2015. Estas son sus impresiones:
- Diferencias con el show de 2015: Valentina me contó y destacó que el espectáculo de este año estuvo mejor distribuido en comparación con el anterior. Aunque hubo menos canciones, apreció que la selección de temas fue acertada y agradeció especialmente la inclusión de «Lost It All» en esta gira. Sin embargo, admitió que le resultaría difícil elegir entre ambos shows, ya que ambos se destacaron por sí y aparte los vivió en etapas muy distintas, considerando que pasó un tiempo considerable, casi nueve años de diferencia.
- El significado del regreso de BVB: Para Michelle, la ausencia de la banda fue notable y sintió que los extrañó mucho. Sin embargo, destacó que la distancia física fue compensada por la conexión que siente a través de la música de Black Veil Brides. Cada canción nueva lanzada por la banda la hace sentir más cerca de ellos, y sus letras brindan un apoyo constante. A pesar de la espera, aseguró que estará siempre presente porque la banda ha sido parte importante de su vida desde la adolescencia hasta la adultez.
- Sentimientos después de experimentar su música en vivo nuevamente: Para Daniela, revivir la experiencia de ver a Black Veil Brides en vivo después de tanto tiempo generó una mezcla de nostalgia y felicidad. Conociendo a la banda desde el 2012, apreció los cambios y el crecimiento que han experimentado a lo largo de los años. Aunque el show no superó sus expectativas iniciales, ya que los primeros conciertos fueron inolvidables, considera que haber esperado tanto tiempo hizo que deseara un repertorio más extenso para esta ocasión.
Cerrando el telón
Para resumir, en el espectáculo vi muchas caras felices, algunas emocionadas, otras nerviosas. Había muchos rostros y cabellos pintados, predominando el estilo gótico, una influencia directa de su banda favorita. Un show sobrio, que tuvo sus altibajos, como es habitual en cualquier espectáculo, pero destaco la energía que la banda transmitió en el escenario y la respuesta del público, con sus cánticos y saltos constantes.
Un pequeño incidente al principio, que retrasó el show casi diez minutos, podría haber «manchado» un poco la jornada, que por suerte no pasó a mayores, pero pareció pasar desapercibido, ya que aún quedaba mucho por delante. Sin embargo, algunos comentaron que el espectáculo fue un tanto breve y esperaban que fuera un poco más largo, o que se incluyeran algunos temas clásicos, considerando la larga espera de años, en mi opinión.
En pocas palabras, fue una jornada llena de emoción y nostalgia, donde los fanáticos pudieron revivir momentos especiales junto a su banda favorita. A pesar de los contratiempos, el fervor y la pasión tanto de los músicos como del público crearon una atmósfera inolvidable. Aunque el tiempo pasó rápido, las emociones y los recuerdos perdurarán en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de presenciar este evento. Sin duda, una experiencia que valió la pena y que quedará grabada en el corazón de todos los presentes.
Produjo: Transistor
