Tarde y noche convergieron para hacer posible este gran evento para el territorio chileno. Muchas personas esperaban a las afueras del Teatro Caupolicán para ser parte de esta extensa jornada titulada Cl.Prog Festival Vol.2, escrita con un sonido totalmente transversal y contingente con una sobredosis de moderm metal y profundamente enraizado al prog rock.

Octopus: Resistencia y tiempo

Los primeros en abrir el escenario fueron el dúo Octopus, pero ¿acaso no eran una banda? Bueno, esta y otras incógnitas se resolvieron entre el breve y poderoso setlist de la banda y pausas sonoras. 

Esta dupla musical significó el continuar tocando como “la persistencia frente a la extinción”, continuar con la pasión por la música y “no bajar los brazos” en las propias palabras de los artistas, esto devino acompañado de los inmensos arreglos técnicos y saturados del progresivo que ha caracterizado a la banda por décadas.

Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
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Orphaned Land: huérfano en tierras chilenas

Un tenso momento fue la presentación de Orphaned Land en el Cl.Prog Festival. Lo primero que se podía notar a simple vista fue el gran éxodo de las personas a las inmediaciones del Teatro Caupolicán. Como ríos que se ramifican desde la cancha por todas las salidas laterales. Se vieron tan pocas personas para su show que parecía una hora de sacrificio de inicio que le toca vivir siempre a los teloneros nacionales. El público no coreaba ni menos vocalizaba los fonemas que el vocalista proponía. Me atrevo a decir que ha sido el artista internacional que menos a convocado al público, históricamente.

Pese a todos estos embates, la banda israelí Orphaned Land intentó hacer lo que pudo, pero no revirtió la situación. Sin embargo, actuaron profesionalmente en cada uno de sus grandes éxitos más antiguos y recientes. Su último tema podría ser descrito como: “comenzar entre abucheos, cantar con un nudo en la garganta y salir entre los mismos abucheos”.

Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
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Gong: Salir para desatar emociones

Sin pretextos y convocando otra vez a todos los asistentes a cancha, la banda anglo-francesa de rock progresivo y rock psicodélico, trajo un refrescante show al Teatro Caupolicán. No se dieron grandes discursos, pero sí expresiones de maestría técnica y eufórico clima. 

Su presentación fue un éxito tan rotundo, que cambió el ambiente totalmente en 180°. La disposición del público se dejó hipnotizar por la alegre melodía del rock progresivo y psicodélico, así como de las emotivas letras y singulares melodías que corrieron como personas en un prado, felices y libres.

 

Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
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Mono: Una masa progresiva que arremete

Fue una muestra de rock y metal progresivo bastante novedosa. Su sonido lo podríamos entender, estando ahí, como una masa progresiva al estar frente de composiciones tan densas en las distorsiones y afinaciones de guitarra, un bajo protagonista, teclados con atmósferas pesadas y percusiones proclives al breakdown. Muchas interpretaciones complicadas de diregir para la audiencia. 

Pese a las dificultades sonoras, el debut de la banda no se vio inundado, al contrario, ante el nerviosismo de los japoneses el público lo apoyó plenamente ante los dos momentos de traspies técnico.

El público comenzó a aplaudir espontáneamente en su última canción por varios minutos, se escuchaba gritar ¡Mono, Mono es lo mejor!. El guitarrista hizo una exhibición al estilo Van Halen en el segmento final del show. Se posó en el centro del escenario, invirtió su guitarra apoyándola contra el piso, comenzó a percutir las cuerdas con la cabeza y cambió la distorsión sacando un sonido saturado al mismo tiempo que sideral. Se retiraron bajo la distorsión como todos unos rockstars para no volver más.

Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
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Vola: Los reyes de la puesta escénica

Indiscutidamente Vola se coronaron como los artistas que sí hicieron un show de verdad, simple, pero audaz. Rápidamente y antes de que la música iniciara, los Roadises comenzaron un montaje de 8 pilares en el escenario y, para los más ferreos de la banda, significó que traerían toda la magia del show “Live From the Pool” primer disco y registro en vivo de los daneses.

Así mismo fue, escapando de la típica puesta en escena de personas tocando instrumentos y solamente cantando, Vola realizó un espectáculo de discreto de un show de luces, simple, pero perfectamente conjugado con los bits de las canciones. 

Por sencillo no quiere decir un show pobre, al contrario, las luces verdosas del escenario y las octocolumnas singularizan la iluminación y la puesta en escena con cascadas sonoras y visuales así como de luces abisales que acompañaban la carismática interpretación de la banda y repletaron el frío de la oscuridad del Teatro Caupolicán. Insisto, fue el show más alto.

Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
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Riverside: El show más blanco de su carrera

Sin duda fue el espectáculo más esperado de todo el Cl.Prog Festival y de esta noche, un merecido título de headliner y de cartel. La sofisticación de su progressive rock (aunque no lo quieran admitir también de prog metal) genera el ambiente necesario para cambiar de aire y distinguirse de todas las bandas anteriores.

Su particular estilo de hacer música, nada tuvo que ver con la horda de bandas moderm metal que escuchamos a lo largo de casi todo el festival. Su música se enfocó en títulos del pasado, así como del ahora. Esto significó una apuesta arriesgada absolutamente. Pese al éxito de su último álbum “ID.Entity”, el público siempre pide los éxitos más clásicos de la banda.

Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
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La revancha al 2023

Incuestionablemente, se oyeron comentarios de muchos asistentes que sostuvieron que esta era la primera vez que los veían tocando en vivo, tal fue mi sorpresa como suposición que esto se debió a que no pudieron ir todas las personas para el show de su gira promocional del año pasado. 

Su magia musical trajo consigo la euforia de las personas, el sosiego y el apacible apoyo a través de coros de parte de todo el público. La exaltación a través de líneas continuas, amables y pasajeras trajeron el sonido “más blanco de su carrera”, lejano a la perturbaciones y cambios rítmicos sincopados característicos de toda la oleada del progresivo en sus diferentes expresiones musicales.

Los cambios rítmicos y musicales hacen que la audiencia pase de emociones simples a complejas, de pasionales a ¿a qué pasaban? No habitaron las melodías pesadas y singularizadas para un moshpit. La evocación de los recuerdos, sensaciones casi palpables y el arrojo dedicado a corear una y otra vez las canciones fue la tónica de este encuentro. No hubo pesadumbre.

También fueron los únicos artistas con encore, no hay más adjetivos para este show como el de estar cargados de emociones y sinceridad.

Review por Fito Serey

Agradecer a Spider Prod y Santiago Fusión por la invitación y a Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph por las fotografías.

Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
Francisco Aguilar / @franciscoaguilar.ph
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