Nota: Lukas Arias 

Fotos: Diego Ojeda


En un marco distinto a lo que estamos acostumbrados, en pleno invierno, los cabros de Villa Alemana nos deleitaron con una noche llena de cumbia chilombiana, como se hacen llamar. Ante un eslogan de ambos shows sold out, «¡Misión Especial: Las Estufas Cumbionas Contra el Frío!», lograron hacer bailar hasta a los más friolentos. Fue una jornada donde la cumbia calentó más que cualquier estufa, dejando a todos con el cuerpo y el corazón encendidos.

Ante una previa entretenida y palpable, con cumbia ambiente, se escuchaban bandas clásicas como Los Viking 5, Aniceto Molina, El Gran Combo de Puerto Rico y Wilfrido Vargas, por nombrar solo algunos. Pasó un cuarto de hora de la hora prevista para que comenzara el show, cuando la banda salió al escenario con «Corazón Herido» de Gilda de fondo. Un Club Chocolate repleto se rendía ante sus pies, y eso que todavía faltaba el más importante, el frontal, el gran Macha.

Con una escenografía sencilla pero imponente, destacando un fondo con la cara de un diablo de La Tirana hecho aparentemente a mano, apareció Aldo Asenjo, mejor conocido como «El Macha». El Club quedó boquiabierto y con razón: ¡el Macha había llegado para hacer temblar el lugar!

Diego Ojeda ©
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Comenzaron con “Que me coma el tigre” y la multitud se puso a bailar como si no hubiera un mañana. Siguieron con “Los sabanales” y “Playas marinas”, haciendo que la gente coreara al ritmo del “¡eh! ¡eh! ¡eh!”.

Luego vinieron los clásicos que todos conocemos: “Medallita”, “Conductor” y “Y si no fuera”. El ambiente fiestero estaba a tope, tanto que mi compañero fotógrafo decía que le recordaba las altas horas de Año Nuevo.

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¡Está la escoba, está la escoba! La locura se desató cuando sonaron los primeros compases de este himno cumbiero nacional, y la gran energía del público chileno se hizo presente una vez más, como siempre.

Entre medio de un cover de Grupo Kual, “Pájaro cenzontle”, hubo un pequeño descanso. La banda hizo una parodia como si todos se quedaran dormidos en el escenario, tirados en el piso, con las luces atenuadas a un color violeta. El trompetista quedó de pie tocando una parte de la típica canción de cuna, haciendo alusión a que todos estaban durmiendo. Luego, los músicos se levantaron y, en la misma calma, tocaron un pasaje de “El Derecho de Vivir en Paz” del gran Víctor Jara, para luego continuar con la cumbia y el baile.

Hubo espacio para el debut de “Motivo Real”, un nuevo single de Chico Trujillo que lanzaron en mayo de este año junto a Jorge Serrano. Una canción de desamor con una frase que me dejó marcado: “Perdón si me ves llorando. No estaba solo, te estaba esperando”. Para pensar, señores.

“Cariñito” de Los Hijos del Sol, “Lamento borincano” de Rafael Hernández y “Quizás, quizás, quizás” de Osvaldo Farres fueron otros covers que armaron un setlist excelente de principio a fin.

Con dedicatoria para Celso Piña, la banda tocó “Cumbia de la Paz”, con la frase «Cumbia» repitiéndose y repitiéndose.

La gente seguía bailando sin parar, la fiesta era total y sin igual. Con “El Eléctrico” y el clásico inflable “Loca” y «Gran pecador», la fiesta comenzaba a concluir. Un ambiente grato lleno de cumbia y descontrol del bueno.

Fue una jornada grata, para encender el alma a través del baile y la cumbia, y para combatir el frío que azota la capital.

A ver qué nos espera para la segunda –y agotada– fecha. ¿Se repetirá el plato o habrá alguna nueva anécdota? Eso lo sabrán los afortunados que alcanzaron entrada, ya que para ambas fechas se vendieron como pan caliente.

Desde ya, agradecemos a Booking Santa Filomena por la invitación a este magno espectáculo. Algo para romper esquemas, algo diferente a lo que solemos hacer y escribir, que es rock, pero que sabemos de corazón que el Macha es un rockero más, es uno de los nuestros!

Diego Ojeda ©
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