Ya desde temprano en las calles aledañas al Teatro Caupolicán se sentía la efervescencia del histórico recital que estaríamos todos ad portas de presenciar. Las botellas vacías, los amigos y las cañas de vino se hacían partícipes por montón en un público, que heterogéneo en su conformación etaria, pacientemente esperaba la apertura de puertas. Aunque el nerviosismo se acrecentaba con el recuerdo del traumático último show de LA POLLA RECORDS en Chile, pero con la confianza de que la fiesta ya se había realizado con total tranquilidad la noche anterior.

El ruido comenzó a las 6 de la tarde con pasmosa puntualidad, y con un Teatro Caupolicán en proceso de expedito llenado, se subieron al escenario los muchachos de 20 MURCIÉLAGOS, quienes con una mixtura de Punk Rock ramonero y 30 minutos de líricas de crudo contenido, lograron prender la chispa del mosh pit a lo largo de toda la cancha, sentando la tónica de lo que sería el resto de la jornada.

Cristian Calderón

Gran parte de la cancha y ya casi toda la galería se encontraban repletas cuando en la tarima los chicos de SUDOR OBRERO, con su mezcla de OI! Y cojones, pero sobre todo haciendo gala de su dilatada carrera musical lograron conquistar la voluntad del público, que respondió saltando de las plateas hacia abajo, para demostrar la pasión que la audiencia tiene por la agrupación que debuta esta noche en el escenario del  histórico Teatro Caupolicán.

Cristian Calderón

La tensión seguía acrecentando a medida que la hora avanzaba, el aire podía cortarse con una navaja y el teatro ya se encontraba completamente repleto cuando Evaristo y compañía se presentaron en escena para iniciar los fuegos de esta maratónica jornada. Al ritmo de las frenéticas percusiones de Nuestra alegre juventud (1984), los espíritus se volvían uno y la totalidad del teatro se unió en una algarabía pocas veces vistas en conciertos de esta magnitud.

Cristian Calderón

Los acordes puntiagudos y las baterías aceleradas transcurrían frenéticamente a medida que los hitazos de la prolongada carrera de EVARISTO, se sucedían con prontitud, para deleite de un público que entre bengalas y surfistas coreaba cada uno de los éxitos de GATILLAZO y LA POLLA RÉCORDS entre otras agrupaciones. Momentos de alta emotividad se sentían dentro del respetable, quienes rompían en llanto, al por fin poder cantar a todo pulmón canciones que definieron una vida, tales como «TXUS» (1984) «NO SOMOS NADA» (1987) «TODA LA PUTA VIDA IGUAL»(1999) o «HEMOS VENIDO A DIVERTIRNOS» (2013).

Cristian Calderón

Y todo transcurrió con total efervescencia y tranquilidad hasta el cierre de show, cuando ya de regreso para un tercer encore, un agotado EVARISTO cerró la jornada con la ya mítica «ELLOS DICEN MIERDA» (1987), donde un iluminado Teatro Caupolican se rindió atónito ante la trayectoria y el peso de un artista del calibre de EVARISTO. 

Cristian Calderón

Mención honrosa a SABOTAJE ROCK, quienes lograron llevar a cabo con total tranquilidad dos larguísimas jornadas, que se preveían altamente caóticas. Esta vez la familia punk pudo disfrutar de la fiesta que tantos años estuvo inconclusa y esa es nuestra absurda victoria sin final.

Nota y Fotos: Cristian Calderón

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