El jueves 24 de noviembre fuimos testigos una vez más de los efectos que produce el metal en todos nosotros, en esta ocasión pudimos disfrutar de una loca y grata experiencia en la segunda edición del festival Inferno, el cual ha traído hasta nuestra puerta a increíbles bandas como Gaerea, The Troops of Doom y I Am Morbid, acompañados de los nacionales Soga, quienes demostraron que no se quedan atrás ante estos expositores del black y death metal.
Puntualmente a las 18:00 horas daba comienzo la presentación de Soga, la escenografía, el vestuario y la teatralidad de la banda creaba un misticismo y una sensación de oscuridad como si de un ritual se tratara. El sonido con insistentes golpes de la batería, los screams y los cánticos que emitían realmente provocaba escalofríos.
Lamentablemente, por ser un día entre semana y comenzar el show a tempranas horas de la tarde no habían muchos presentes, aún, pero los pocos que se encontraban ya en el recinto disfrutaban verdaderamente de la presentación. Apoyaban a la banda y aplaudían al final de cada canción, movían la cabeza al ritmo mientras disfrutaban de las melodías en su lugar.
Presentaron varios temas como “Del Absoluto I y II”, “Clara Luz Fundamental I y II” y “Devenir”, y cada uno de ellos mantenía expectante al público, al finalizar se despidieron dando las gracias y dejaron dispuesto el escenario para el siguiente invitado.
De poco a poco el recinto se iba llenando cada vez más, para el comienzo de la segunda banda ya estaba llegando casi a la mitad de su capacidad. El turno de los brasileños The Troops of Doom había llegado y todo el mundo estaba profundamente ansioso en que los músicos al fin subieran a escena. La locura se desató de inmediato en cuanto empezaron a sonar los acordes de la primera canción y todos arremetieron hacia adelante para acercarse a la barricada, justo al medio de la cancha surgió un espacio circular bastante grande en el cual algunos fanáticos comenzaron a danzar en el clásico moshpit, balanceaban los brazos y caminaban en círculos agitando la cabeza y luego a los pocos minutos los más alocados comenzaron a surfear por encima de la gente pasando de mano en mano hasta caer estrepitosamente al frente de la barricada. El recinto se había convertido en un manicomio y el espíritu del metal inundaba el lugar, temas como “Between the Devil and the Deep Blue Sea”, “Altar of Delusion”, “Bestial Devastation”, “A Queda” y “Morbid Visions” despertaron la euforia y la adrenalina en el lugar. A pesar de algunos inconvenientes existentes con la guitarra de Jairo Guedz (ex Sepultura) la banda continuó tocando con todo, animaban al público y Alex Kafer gritaba repetidamente: “¡Viva Chile!.
Por último, se despidieron con el tema “Troops of Doom” y se retiraron satisfechos para dejar lugar al siguiente número de este acto.
Con un Blondie cada vez más repleto llegó al escenario la banda Gaerea, portando máscaras que les cubría completamente el rostro, con atuendos exactamente iguales y con un aire de misterio, los portugueses comenzaron su presentación. De inmediato la rapidez del doble bombo, los agresivos riffs y el resonar de los screams transmitieron la furia, el poder y la ola de sentimientos que portan sus canciones. Un espectáculo majestuoso y elegante sería la descripción correcta para esta ocasión, la teatralidad y los movimientos de cada uno de los integrantes, especialmente los del vocalista, daban una sensación de escalofríos. El público levantaba los puños en alto gritando. ¡Hey, hey, hey! mientras la banda los animaba a continuar con aquella acción, el vocalista entonces se sentó en el borde del escenario para luego bajar y trepar por la barricada solo un poco, lo suficiente para dar la mano a algunos fans mientras continuaba cantando. “Conspiranoia”, “Salve”, “Deluge” y “Urge” fueron algunos de los temas que nos trajeron en esta oportunidad. El público agitaba la cabeza frenéticamente al son del bombo que parecía una locura; gritos, ovaciones y puños agitándose en alto eran en resumidas cuentas el panorama que se apreciaba en todo el recinto, el moshpit revivía a lo largo de varias canciones dejando en claro que la banda tenía el dominio sobre los asistentes en ese momento. “Laude” se encargó de dar punto final a este show, los miembros de la banda se retiraron del escenario a excepción del vocalista quien se quedó un momento ahí plantado, de rodillas y entonando un cántico para luego levantarse trabajosamente como si se tratase del final de una batalla para despedirse con una majestuosa reverencia, todo esto como parte de la teatralidad que los caracteriza.
A las 21:30 horas el plato fuerte del festival llegaba a escena, un recinto completo le daba la bienvenida a la banda coreando al unísono y a todo pulmón: “Morbid, Morbid, Morbid”.
La banda llegó por fin y uno por uno todos los integrantes fueron recibidos entre ovaciones, aplausos y algarabía, sin mucho que esperar comenzaron a sonar los primeros acordes de “Immortal Rites” y de inmediato todo signo de cordura desapareció. En un instante se formó el moshpit más brutal y más grande de la noche donde todos corrían abalanzándose contra los demás, levantaban sus poleras en alto y las giraban como un helicóptero con todas sus fuerzas, comenzaron a pasar fanáticos por sobre nuestras cabezas que luego caían por sobre la barricada, locura total y adrenalina se respiraba de lleno en la Blondie.
“Fall from Grace”, “Visions from the Darkside”, “Blessed are the Sick”, “Rapture” y “Pain Divine” continuaron la velada una tras otra plantando cada vez más caos entre los fans quienes se olvidaron por completo del agotamiento y el calor para dar todo de sí mismos. Moshpits brutales, frenéticos headbangings, alocados gestos de air guitars, aplausos y puños en alto era todo lo que se veía de lado del público, el grupo estaba verdaderamente encantado con el furor que se apreciaba en ese instante y Vincent incentivaba a los espectadores a que continuaran con los moshpits.
“Sworn to the black”, “Eyes to see, Ears to Hear” “Dead Shall Rise” y “Maze of Torment” se escucharon a continuación, el descontrol reinaba la atmósfera y el calor iba en aumento, Richie y Bill lo daban todo ante sus respectivas guitarras mientras Pete demostraba ante la batería el por qué ahora es una gran leyenda. En un momento del show los músicos quedaron sorprendidos ante el coreo que se escuchaba cada vez más fuerte, resonando en las paredes del lugar. “Olé, olé, olé, Morbid, Morbid”, Vincent se detuvo unos minutos para apreciar aquella ovación, luego de un momento comenzó a aplaudir y en agradecimiento respondió con una ovación para nosotros: “Olé, olé, olé, Chile, Chile”
Después de expresar lo agradecidos y lo contentos que estaban con el público chileno, los músicos continuaron llenándonos de clásicos como “Dominate”, “Down of the Angry” y “God of Emptiness” para luego finalizar con “World of Shit”, todo el recinto gritó de memoria la canción completa dando el último impulso de energía para despedir dignamente a la banda. Luego de lanzar un par de recuerdos como uñetas y pulseras se retiran de escena para dar término a este festival.
Ha sido una noche espectacular digna de recordar para siempre, sin duda una experiencia increíble para todos. Agradecemos profundamente a SpiderProd por haber hecho posible esta velada y estaremos esperando con muchas ansias y emoción la próxima edición de Inferno Fest.
Nota por Marlé Sánchez.