El sábado 26 de agosto, fue un día bastante esperado por la fanaticada del Heavy Metal en español. Dos leyendas de este género, por un lado el ex vocalista de Mägo De Oz: José Andrëa y la banda argentina Rata Blanca se presentaron en la región del Biobío ante más de 5 mil personas que, a pesar de las bajas temperaturas, se reunieron en el Espacio Marina a apreciar el show.
La cita estaba pactada para las 19 horas, pero debido a atrasos de vuelos con la agrupación argentina y algunos problemas técnicos en el sonido, se tuvo que retrasar un poco más de 1 hora el inicio del show.
José Andrëa: Un repaso a los clásicos de Mägo De Oz.
Pasadas las 20 horas salió al escenario el mítico ex vocalista de la banda española Mägo De Oz, José Andrëa, quien pisaba la región del Biobío por primera vez.
El inicio fue con «Bienvenidos al Medievo«, canción de su agrupación solista Uróboros.
Tras eso, comienza una serie de clásicos, que nos hizo retroceder muchos años. «Gaia«, era interpretado con un desplante fenomenal del cantante, desplazándose sobre todo el amplio escenario del Espacio Marina.
Triskel, agrupación oriunda de Santiago y que tributan a Mägo De Oz hace más de 15 años, son quienes han acompañado a Andrëa durante esta gira por nuestro país.
Tras eso sonaron, «Es hora de marchar«, «Hoy toca ser feliz» y «La canción de los deseos» versión Uróboros.
José se dirigía al público, agradeciendo la larga espera y felicitando al equipo técnico que pudo sacar adelante las dificultades que hubo al principio y que fueron una de las causas de reprogramación del show.
Siguieron uno a uno clásicos de Mägo De Oz como «El que quiera entender que entienda» canción que habla de la equidad de género.
José, introdujo este track diciendo: «La siguiente canción habla de igualdad y que podemos amar a ellos, a ellas o a todos a la vez…viva la libertad».
Le siguieron «El peso del alma«, canción que es un cover de la mítica «Glory to the brave» de HammerFall. Una brillante interpretación de José junto a Leash, la corista, que dejó atónitos a todos quienes estábamos presentes.
«Al otoño espero«, canción de Uróboros seguía este setlist lleno de emociones y viajes.
Tras ello, llega el momento más emotivo de la noche. José divisa a una persona de tercera edad en primera fila, coreando y disfrutando sus canciones. Le pregunta su nombre (Fátima) y en tono de broma dice al público presente: «Ven, aquí la tienen, en primera fila, soportando frío. No como los que estáis atrás. Aquí está, sí señor, esto es carácter Fatima. Cuánto tenemos que aprender de vosotros».
Sin dudar y con ayuda de la gente de seguridad y producción, la suben al escenario y el cantante le dedica «Pensando en ti» cover al himno de Kansas «Dust in the wind«.
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Luego, José introduce «Hasta que el cuerpo aguante» mencionando entre risas, el frío que había en la ciudad.
Más adelante, «La rosa de los vientos«, «El cantar de la luna oscura» y una de las más esperadas: «La posada de los muertos» eran cantadas por las miles de personas que llegaron hasta Talcahuano.
Ya entrando en el final, no podían faltar dos himnos que todo el mundo conoce.
«Molinos de viento» y «Fiesta pagana» que cerraban con broche de oro un show que si bien al inicio tuvo problemas, se pudo sacar adelante con paciencia y profesionalismo.
Rata Blanca: Show parejo, lleno de clásicos y emociones.
Cerca de las 22:50 horas, sale al escenario la banda argentina Rata Blanca, quiénes regresaron a la región del Biobío después de 8 años. Su última presentación fue el año 2015 promocionando su álbum «Tormenta Eléctrica» en el mismo Espacio Marina, pero con muchísimo menos público.
La fiesta comenzó con «Diario de una sombra«, desatando la locura de todas las personas presentes y aguantando el frío característico de la zona costera.
Le seguían clásicos como «Volviendo a casa«, «Sólo para amarte» , «Talismán» y «Guerrero del arcoiris«, con una voz impecable de Adrian Barilari, una guitarra fenomenal de Walter Giardino, el bajo de Pablo Motyczak, la batería de Fernando Scarcella y los sintetizadores y teclados de Danilo Moschen.
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La banda es sólida en todo sentido, se sintió como una cátedra de Heavy Metal lo que demostró porqué son una de las agrupaciones más importantes e influyentes de Argentina y del género en español.
Lamentablemente, Rata Blanca no es mucho de innovar en sus setlist, y si cambian cosas, sólo son algunas canciones. Es por lo mismo que le siguieron clásicos infaltables como «El círculo de fuego» y «Mujer amante» la que fue coreada a todo pulmón por las personas que aún permanecían en el recinto a esas horas de la noche y con bajas temperaturas.
La jornada seguía con la banda agradeciendo al público por asistir y por el apoyo a lo largo de los años.
Ya más tarde y llegando a la parte final del show, el broche de oro llega con «La leyenda del hada y el mago«, desatando la alegría de muchas personas, que querían escucharla nuevamente tras años de espera. Este track, se convirtió en el himno más importante de la banda. Este icónico tema fue lanzado en 1990 y formó parte del álbum «Magos, espadas y rosas«.
La banda se despidió así de la región del Biobío y con intenciones de volver pronto.
Problemas de logística y sonido ocasionaron retrasos:
En todo concierto hay una parte triste o mala, no todo sale perfecto, pero son gajes del oficio. Puede ocurrir en cualquier parte del mundo.
Debido a la cancelación del vuelo de Rata Blanca, por parte de la aerolínea LAN a último momento, más los problemas técnicos que se detectaron en las pruebas de sonido, el show se retrasó.
Esto provocó que tristemente, familias completas se vieran forzadas a abandonar el recinto después del show de José Andrëa por las bajas temperaturas que habían en el lugar. Las lluvias de los días anteriores, ocasionaron que la humedad estuviese en más de 80% y la temperatura a unos 4 grados Celsius.
A pesar de todo, con profesionalismo y paciencia, el equipo técnico y producción pudieron sacar adelante el evento.
Como rockalavena.cl nos sentimos muy orgullosos de haber formado parte de este evento, cumpliendo con nuestra misión de descentralizar la cobertura de conciertos y demostrar que Santiago no es Chile.
Agradecemos a La Bodeguita de Nicanor y a Santa Filomena Booking por la invitación.
Por: Alejandro Torres Quezada
Fotos: Valeria Muñoz Neira ©
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