El miércoles 29 de noviembre, el Movistar Arena fue testigo de una jornada extraordinaria junto a los icónicos Pet Shop Boys, quienes desplegaron toda su maestría en el escenario del recinto, ubicado en Parque O’Higgins, presentando su espectáculo “Dreamworld – The Greatest Hits Live”.
El espectáculo, estuvo marcado por una impresionante puesta en escena y un repertorio repleto de éxitos de la banda. Pet Shop Boys cerró su magnífica presentación de manera magistral ante un abarrotado Movistar Arena, colmado en su totalidad por los asistentes.
Pet Shop Boys: ritmos vibrantes y una paleta de colores
Antes de que diera inicio el espectáculo, el escenario se iluminó con los colores de la bandera de Ucrania, mientras la música de fondo resonaba en cada rincón. El público, moviéndose al ritmo del techno que servía como telón musical para la velada que aguardaba con paciencia el comienzo del concierto.
Las luces se desvanecieron lentamente y, sorpresivamente, Pet Shop Boys hizo su entrada en escena con la interpretación de «Suburbia». El dúo se presentó con sus emblemáticas máscaras resplandecientes, acompañados por un escenario que incluía una pantalla que atravesaba de extremo a extremo, junto con dos imponentes postes de luz como parte de la decoración.
El grupo continuó sin pausa con «Can You Forgive Her?», manteniendo su característico sonido pop electrónico con influencias de la música dance. En este momento, Neil Tennant se despojó de su máscara para recibir el cálido aplauso del público y presentar «Opportunities (Let’s Make Lots of Money)».
«¡Buenas noches, Santiago! Somos los Pet Shop Boys«, fueron las primeras palabras de Tennant, prometiendo una velada llena de sus clásicos y mejores éxitos. La actuación prosiguió con «Where the Streets Have No Name (I Can’t Take My Eyes Off You)», un himno aclamado que resonó a todo pulmón en el recinto. Sin descanso, continuaron con «Rent», con un fondo en blanco y negro en la pantalla y el cantante moviéndose con mayor energía.
Entre aplausos y una destacada introducción, la banda interpretó «I Don’t Know What You Want but I Can’t Give It Any More», momento en el que se enfocó en una corista femenina y se vislumbró levemente al resto de los músicos que acompañaban al dúo detrás de la pantalla. El show prosiguió con «So Hard», donde las pantallas mostraban numerosas siluetas de personas caminando de un lado a otro por el escenario.
Pet Shop Boys abandonó momentáneamente el escenario para un breve interludio. Al ritmo de un sonido techno, dos personas simulando ser constructores movieron los «postes de luz» hacia los costados, mientras la gigantesca pantalla se elevaba hacia la zona superior, revelando al resto de los integrantes que acompañaban la gira. Chris Lowe volvió a aparecer sobre una plataforma, sin su máscara esta vez, mientras Tennant regresó con un llamativo traje negro y detalles blancos para interpretar «Left to My Own Devices», recibiendo aplausos continuos del público.
«Muchas gracias, estamos encantados de estar de vuelta en Chile», expresó Tennant antes de interpretar «Single-Bilingual» y «Se a vida é (That’s the Way Life Is)» sin interrupciones. Tras estas interpretaciones, las primeras notas de «Domino Dancing» resonaron, desencadenando una explosión de emoción entre los asistentes que corearon el estribillo a todo pulmón. Luego, continuaron sin pausa con «Monkey Business», uno de los momentos álgidos de la noche.
Una nueva transición se presentó con luces rosadas y moradas, perfectamente sincronizadas con el sintetizador. Tennant subió a la plataforma para cantar junto a Lowe «New York City Boy». Tras una breve pausa, Tennant tomó una guitarra acústica y, agradeciendo a su público, interpretó «You Only Tell Me You Love Me When You’re Drunk», recibiendo una respuesta notable con los flashes de los teléfonos iluminando por completo el Movistar Arena. El momento emotivo continuó con «Jealousy», ofreciendo una faceta más melódica y con sutiles sintetizadores.
Una nueva transición se manifestó con la pantalla descendiendo para mostrar impresionantes luces en tonos celestes y morados, creando la ilusión de ser un telón gigante que cubría el escenario. Tennant regresó al escenario para interpretar «Love Comes Quickly», atravesando sutilmente el escenario de izquierda a derecha en un momento impresionante.
Una vez más, la pantalla se elevó entre gritos y aplausos para interpretar «Paninaro«, donde curiosamente el público coreó a todo pulmón «Marinero» debido a la similitud en la pronunciación del coro de la canción. Sin pausa, el grupo interpretó sorpresivamente «You Were Always on My Mind», generando un emocionante coro a capela por parte del público y creando un estruendo memorable en el recinto.
Otra transición se produjo, esta vez con pocas luces de fondo. Tennant cambió de vestuario, optando por un llamativo traje plateado para interpretar «Dreamland», canción que inspira el nombre de la gira. Continuaron con «Heart», provocando entusiastas bailes entre el público y culminando con una gran ovación.
Avanzando en el espectáculo, llegaron los clásicos de Pet Shop Boys: «Go West», que resonó con una gran explosión en el público, acompañado de una escenografía proyectada en las pantallas con nubes en el cielo, seguido por «It’s a Sin«, sumergiéndonos en la nostalgia con grandes coros provenientes de la audiencia. El momento finalizó con el dúo posado en el centro del escenario y potentes luces blancas creando una imagen impresionante, antes de abandonar momentáneamente el escenario para tomarse un breve descanso.
Nostalgia en blanco y negro
Tras esta breve pausa, las primeras notas del clásico «West End Girls» resonaron mientras el escenario se sumía en una paleta de blanco y negro. Este himno del synth-pop, con su distintivo ritmo, se convirtió en un momento hipnotizante y de culto para todos los presentes en el Movistar Arena. Al finalizar la presentación, Tennant agradeció con un «fueron grandiosos», recibiendo una ovación.
Para cerrar el espectáculo, los «postes de luz» se adornaron sincrónicamente con imágenes en pantalla que simulaban una carretera nocturna. Las luces en blanco y negro dieron paso a «Being Boring», creando una escena única en el escenario.
Presentando a los integrantes de la gira, los dos músicos finalizaron la interpretación en el centro del escenario, siendo despedidos con una ovación delirante por parte del público. Se retiraron del escenario en silencio pero entre aplausos y el cariño de su fiel audiencia, dejando a los asistentes con una impresión inolvidable del espectáculo.
Una Experiencia inolvidable
En líneas generales, el show fue sobresaliente. El sonido impecable resonaba y transmitía la esencia de sus ritmos únicos. El montaje del escenario se erigió como uno de los puntos más destacados, con transiciones continuas, sorpresas y una pantalla gigante que abarcaba toda la extensión del escenario, sumergiendo a los presentes en un espectáculo visual y cromático impresionante.
Pet Shop Boys demostró su vasta experiencia y su capacidad de reinventarse en el ámbito de los ritmos electrónicos. A pesar de sus 69 años, Neil Tennant conserva su voz impecable e inalterada, como si el tiempo no hubiera pasado desde sus interpretaciones en los años 90. El repertorio repleto de éxitos y los momentos inolvidables entregados por el dúo fueron inigualables.
El espectáculo estuvo cargado de nostalgia, especialmente para aquellos amantes de los años ochenta y noventa. A pesar de ello, personas de todas las edades se congregaron en el recinto. El show, diseñado para grandes escenarios, adquirió una relevancia adicional al presentarse en el Movistar Arena, brindando una experiencia más íntima. En resumen, el espectáculo de Pet Shop Boys se eleva como una experiencia inolvidable.
Ver esta publicación en Instagram
Agradecemos a la productora Bizarro Live Entertainment por brindarnos la oportunidad de ser parte de este evento.
Nota de Kevin Fuentealba
Fotografías de Patricio Aliaga