La legendaria esencia de los Ramones se alzó una vez más con fuerza en una noche que quedará grabada en la memoria de todos los fanáticos presentes. El recinto de Blondie, en Santiago de Chile, se llenó de apasionados seguidores ansiosos de presenciar un espectáculo que prometía ser inolvidable.

A pesar de su abrupta disolución en 1996, Marky Ramone sigue llevando su música por todo el mundo, manteniendo vivo el espíritu de la banda.

Para esta ocasión, Marky Ramone estuvo acompañado por una banda que canaliza la esencia de los Ramones originales, ofreciendo un tributo fenomenal a la banda icónica. Este evento fue precedido por notables actuaciones de dos bandas de punk rock chileno: Durango y Radioburdel, que sirvieron como el complemento perfecto para una noche que prometía ser memorable.

Desde las horas previas al espectáculo, Blondie vibraba con una energía fenomenal. Los fanáticos paseaban por el lugar luciendo chaquetas de cuero y camisetas con el icónico logo de los Ramones en sus pechos. A las 18:30 horas en punto, se abrieron las puertas del recinto, y personas de todas las edades ingresaron, ansiosas por disfrutar de una noche cargada de energía.

Sorprendentemente, a las 19:00 horas, las luces del escenario se tiñeron de un intenso rojo y Radioburdel hizo su entrada triunfal. A pesar de algunos problemas técnicos iniciales con el pedal del guitarrista, la banda ofreció un espectáculo impecable, interpretando canciones como «Las Calles», «Si fuera fácil» y material nuevo como «Red Social», cautivando a medida que avanzaba su actuación. Tras 30 minutos de rock enérgico, Radioburdel se despidió entre aplausos y una foto con el público.

Fotografía de Eduardo Sandoval

La noche avanzaba y llegaba el turno de Durango, quienes comenzaron su presentación con la portada de su nuevo sencillo, «Indolentes». Desde los primeros acordes, demostraron una gran energía y presencia en el escenario. Canciones como «No quiero cambiar», «Siguiendo la Luna» y temas nuevos como «Otro día» y «Indolentes» tomaron el protagonismo en un concierto que dejó una impresión memorable, incluyendo el icónico grito de «Hey ho, let’s go!» de Ramones entonado por el vocalista.

Fotografía de Eduardo Sandoval

Con el reloj marcando las 20:30 horas, la impaciencia se apoderaba de la multitud mientras cantaban al unísono canciones como «Anarchy in the UK» de Sex Pistols, en anticipación a la llegada de Marky Ramone.

Pasadas las 20:30 horas, Marky Ramone y su grupo hicieron su entrada triunfal en el escenario de Blondie. Con unas palabras del vocalista, «¿Qué pasa Santiago?», y «¿Qué pasa Blondie?», dieron inicio al espectáculo con «Do You Wanna Dance?», desatando la locura entre los fanáticos.

Fotografía de Eduardo Sandoval

«Havana Affair» y «Teenage Lobotomy» fueron las siguientes canciones, y en el escenario, los músicos emularon la actitud característica de los Ramones originales. Con una pose casi militar por parte del cantante, Johnny Fontane, interpretaron «Commando».

El público enloqueció durante «Beat on the Brat», seguida por «I Don’t Care», «Sheena Is a Punk Rocker», «Now I Wanna Sniff Some Glue», «We’re a Happy Family» y «You Sound Like You’re Sick»; todo sin pausas y con una técnica impecable por parte de Marky, quien nos tiene acostumbrados a esta calidad en sus shows.

Llegó el momento de los clásicos: «Rockaway Beach», «Gimme Gimme Shock Treatment» y «Let’s Dance», momentos en los que incluso algunos fanáticos se aventuraron a acercarse a la barricada. Luego, tomaron una breve pausa para interpretar «Surfin’ Bird», con Fontane subiéndose entre el escenario y la barricada para el icónico grito de «Surfin’ bird!».

Fotografía de Eduardo Sandoval

A medida que la noche avanzaba y Marky Ramone seguía entregando su incansable actuación, llegó el turno de «Judy Is a Punk». Sin embargo, uno de los momentos más destacados del concierto fue cuando interpretaron «I Wanna Be Your Boyfriend». Durante esta canción, el vocalista Johnny Fontane recibió un gesto de cariño por parte de los fanáticos, quienes le arrojaron un pañuelo.

 Con elegancia, Fontane lo utilizó para secar su sudor y luego lo entregó al público mientras entonaba el coro, apuntando a varias chicas que se encontraban en el evento. Incluso el bajista lucía una camiseta que llevaba el nombre de la canción, lo que añadió un toque especial a la interpretación. La energía y la conexión entre la banda y el público seguían en su punto máximo cuando continuaron con «She’s a Sensation».

Fotografía de Eduardo Sandoval

Con el espectáculo avanzando, llegaron canciones icónicas de los Ramones, como «The KKK Took My Baby Away», «Pet Sematary» e «I Wanna Be Sedated», que resonaron por Blondie en una interpretación impecable. Los fanáticos se hicieron notar, coreando y saltando con cada canción. «Oh Oh I Love Her So», «California Sun» e «I Don’t Wanna Walk Around With You» continuaron la noche llena de energía y potencia.

Los gritos de «Gabba-gabba-hey!» resonaron cuando sonó «Pinhead», e incluso un miembro del público sostenía un cartel con esta icónica frase. Sin detenerse, Marky comenzó a tocar «Cretin Hop», que culminó con Johnny Fontane simulando un disparo en la cabeza, para luego continuar con «Tomorrow She Goes Away» y «Sitting in My Room», acompañadas de los característicos movimientos del cantante.

Mientras interpretaban «Chain Saw» y «She’s the One», un niño del público subió al escenario con una guitarra en mano y se unió a la banda en un emotivo momento. Fontane cantó junto a él y luego entregó una botella de agua a una niña en la primera fila. Esto demostró cómo la música de los Ramones ha trascendido a las nuevas generaciones, que se acercaron a los músicos para vivir momentos que atesorarán toda su vida.

Fotografía de Eduardo Sandoval

A medida que avanzaba la noche, llegaron canciones como «Listen to My Heart» y «Anxiety». Entre risas de los músicos, interpretaron la icónica canción de Motorhead, «R.A.M.O.N.E.S.», antes de tomar un breve descanso después de ofrecer un show sin pausas.

Mientras tomaban un respiro, el público seguía eufórico, coreando el nombre de Marky Ramone y rindiendo homenaje al histórico baterista con cánticos. El grupo regresó, con el bajista sin camiseta y Fontane bromeando sobre tocar solo una canción. Marky agradeció efusivamente al público por su cálido recibimiento, y así llegaron «Rock ‘n’ Roll High School» y «Glad to See You Go».

Fotografía de Eduardo Sandoval

Para cerrar su impactante actuación, llegaron los covers: «Have You Ever Seen the Rain?», un tributo a Creedence Clearwater Revival, seguido de «Touring» y «What a Wonderful World», un homenaje a Louis Armstrong. Finalmente, la famosísima «Blitzkrieg Bop» puso el broche de oro a una noche que había trascendido estilos y generaciones. Con el icónico canto «Hey ho, let’s go!», la música de los Ramones había dejado una huella imborrable.

Fotografía de Eduardo Sandoval

En resumen, el show de Marky Ramone fue potente e impecable, evocando la sensación de presenciar un auténtico espectáculo de los Ramones en su apogeo musical. Una noche que dejó a los fanáticos, jóvenes y adultos por igual, completamente satisfechos, y que seguirá siendo recordada como un tributo fenomenal a una de las bandas más influyentes en la historia del punk rock.

Gracias a BTS Producciones y a toda la producción que estuvo detrás de este tremendo espectáculo para los y las amantes del punk clásico.

Nota de Kevin Fuentealba

Fotografías de Eduardo Sandoval

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