El 10 de noviembre en la Sala Metrónomo quedará en la memoria de muchos como una noche donde el metal en sus facetas más extremas vibró con toda su fuerza. Cuatro bandas destacadas del género, Undercroft, Grá, Infected Rain, e Hypocrisy, ofrecieron un espectáculo cargado de energía, intensidad y, a pesar de algunos imprevistos, lograron entregar una experiencia inolvidable para los amantes del metal en Santiago.
Undercroft abrió el evento con su característico death metal cargado de riffs agresivos y guturales intensos. La banda chilena, ya bien conocida en la escena local, aprovechó cada minuto de su set, aunque este fue más corto de lo planeado por un retraso en la organización. A pesar de contar con aproximadamente 20 a 25 minutos sobre el escenario, Undercroft se las arregló para encender a los presentes y contagiarles su energía. Canciones como “Empire of Orgies”, “Mercy”, y “Danza Macabra” lograron hacer vibrar a la audiencia, que respondía con headbangs al ritmo de los enérgicos riffs. La banda se despidió dejando al público encendido y ansioso por lo que vendría, demostrando que su lugar en la escena es bien merecido.
La siguiente en llegar fue Grá, banda sueca liderada por Heljarmadr (también vocalista de Dark Funeral), quien junto a sus compañeros enfrentó algunos problemas técnicos al inicio de su presentación. Un problema con el equipo de sonido causó un retraso de más de media hora, y aunque la situación acortó el tiempo de su set, la banda supo aprovechar cada segundo. La puesta en escena de Grá fue impactante, con una ambientación ceremonial que incluyó velas y una decoración lúgubre, reforzando la atmósfera oscura de su black metal.
Desde el primer acorde, Grá envolvió a la audiencia en una experiencia potente y envolvente. Temas como “Ramsvarta”, “Devil’s Tribe” y “Väsen” resonaron con una intensidad que iba desde los riffs frenéticos hasta secciones más lentas que permitían al público seguir el ritmo, balanceándose de manera hipnótica. La voz gutural de Heljarmadr, acompañada de las guitarras cargadas de distorsión y los ritmos en constante cambio, creó un ambiente místico y brutal a la vez. Aunque la media hora de show dejó al público queriendo más, Grá logró cautivar y elevar el estándar de lo que sería esta noche de metal extremo.
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Con el ambiente ya encendido, Infected Rain tomó el escenario para desplegar una energía sin límites. Desde el primer momento, Lena Scissorhands y sus compañeros demostraron por qué son una de las bandas de metal más aclamadas de Moldavia. Lena, con su presencia escénica impactante, se movía por todo el escenario sin detenerse, animando a los presentes a unirse al frenesí de la música. Sus transiciones entre screams agresivos y voces limpias aportaban una profundidad y versatilidad únicas al sonido de la banda, y el público no tardó en reaccionar con emoción.
Con temas como “The Realm of Chaos”, “Dying Light” y “Because I Let You”, Infected Rain logró que la sala se convirtiera en un campo de batalla de mosh y headbanging, en el que todos se dejaron llevar por la euforia del momento. Lena fue una anfitriona carismática, motivando a los asistentes a levantar los puños, gritar y bailar. En un momento inolvidable, se acercó a la barricada para saludar a los fans más cercanos, conectando aún más con el público. Como despedida, Lena pidió un mosh épico que cerrara su actuación, y la audiencia respondió con fuerza. Este debut en Chile marcó una noche memorable para la banda y para sus seguidores, además de ser la última presentación de su gira, dejando el listón bien alto.
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Finalmente, Hypocrisy subió al escenario, y el público, que llevaba esperando con ansias, estalló en vítores. Los suecos, liderados por el legendario Peter Tägtgren, comenzaron su presentación con fuerza, y el retraso de 45 minutos no fue impedimento para que la fanaticada los recibiera con la mayor de las euforias. Hypocrisy ofreció un setlist cargado de clásicos y temas intensos que resonaron en cada rincón de la sala, desde los primeros acordes hasta los guturales finales de Tägtgren.
Temas como “Fractured Millennium”, “Adjusting the Sun”, “Fire in the Sky” y el icónico “Roswell 47” fueron coreados al unísono por un público en éxtasis. Muchos lanzaban guturales y screams junto a la banda, mientras otros se sumaban al mosh central, donde la energía se desbordaba con cada canción. Los riffs poderosos, los gritos desgarradores y la batería incesante elevaron el ánimo de la sala al máximo, y aunque el tiempo fue algo ajustado, Hypocrisy cumplió con creces, mostrando por qué son considerados una de las bandas más influyentes del death metal. La conexión con el público fue palpable, y los fans no dejaron de agradecer por esta oportunidad única de ver a los suecos en vivo.
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A lo largo de la noche, cada una de las bandas agradeció a los fans chilenos por su lealtad y apoyo, especialmente al recordar que el concierto originalmente iba a ser parte de un festival cancelado. La organización y el público lograron superar las dificultades y sacaron adelante un evento que superó cualquier expectativa, consolidándose como una noche histórica para los fans del metal en Chile.
Esta velada de metal extremo, con presentaciones memorables y momentos de pura adrenalina, fue una muestra de la resiliencia y la pasión de la comunidad metalera. Con grandes exponentes del género dejando todo en el escenario, la Sala Metrónomo se transformó en un santuario para los amantes de la música pesada, quienes sin duda recordarán esta noche como una de esas ocasiones especiales donde el poder de la música, la entrega de los artistas y el entusiasmo del público se unieron para hacer historia.