Haken, la influyente banda británica de metal progresivo, finalmente regresó a nuestro país después de una larga espera de cuatro años para presentar su último álbum, «Fauna». Anoche, el Teatro Coliseo fue el escenario de una velada memorable comandada por estos virtuosos músicos, quienes han ganado una creciente relevancia en su género.
Su creciente base de fanáticos se hizo presente en masa, ansiosa por disfrutar del talento y virtuosismo que caracteriza a esta agrupación. Además, contaron con el respaldo de la banda argentina Presto Vivace y el virtuoso guitarrista chileno Gabriel Hidalgo.
La noche comenzó con la llegada de Gabriel Hidalgo y su grupo puntualmente a las 19:00 horas, marcando el inicio de una experiencia musical única. Los instrumentos se fusionaron gradualmente, dando paso a una sólida actuación que atrapó la atención de la audiencia.
El repertorio, completamente instrumental y repleto de virtuosismo, incluyó temas destacados como «Melina», «Lancuyen» y «Alturas», los cuales resonaron con fuerza en una presentación que se extendió durante casi media hora. El aplauso unánime del público marcó el emotivo final de esta primera etapa del evento.
Sorpresivamente, antes de lo acordado, Presto Vivace tomó el escenario y rápidamente cautivó al público, que comenzó a aplaudir y grabar lo que sería una actuación asombrosa.
Con cada minuto que pasaba, los músicos demostraron su inmenso talento y virtuosismo. Mientras ofrecían épicos solos de guitarra, Marcelo Perez, el bajista, deslumbraba con su carisma, mientras que Brunella Bolocco, la vocalista, impresionaba con su talento, vistiendo un traje oscuro que la hacía destacar. Incluso, enfrentaron un pequeño inconveniente técnico, pero lo tomaron con humor, lo que añadió un momento memorable a la noche. Tras aproximadamente 40 minutos de un espectáculo sin interrupciones y con un público agradecido, Presto Vivace se despidió del Teatro Coliseo, dejando en claro que su inclusión en el evento fue un completo acierto.
Los minutos avanzaban y la emoción crecía, especialmente cuando los miembros de Haken subieron al escenario para realizar las pruebas finales de sus instrumentos.
A las 21:00 horas en punto, las luces del teatro se apagaron. Con un sonido ambiente que simuló ser una selva y un público eufórico aplaudiendo e imitando sonidos de animales, Haken hizo una entrada triunfal interpretando «Taurus», la canción de apertura de su último álbum.
«In Memoriam» y «Sempiternal Beings» resonaron en un espectáculo que no tuvo descanso hasta ese momento. Los músicos lucieron camisas características de su álbum «Fauna» y mostraron todo su talento en estas canciones emotivas y con cambios de ritmo constantes que hacían saltar y vibrar a la audiencia presente.
Con un saludo de Ross Jennings, el vocalista, y su expresión de felicidad por estar de vuelta, la banda continuó con la clásica «Cockroach King», que fue recibida con saltos del público en una mezcla de energía y emoción. Le siguió «The Architect», que destacó por la gran coordinación entre las guitarras y la motivación del público, que saltaba constantemente al ritmo de la música. Sin duda, fue uno de los puntos altos de la noche y una prueba del gran talento de este grupo.
Jennings siguió expresando su agradecimiento por estar presente y elogió al público latinoamericano como el mejor del mundo, destacando que Chile no era la excepción. «Lovebite», «Prosthetic» e «Invasion» continuaron con una exhibición magistral de virtuosismo por parte de Haken. El público coreó cada canción y, en los momentos más explosivos, incluso se formó un moshpit, reflejando la atmósfera efervescente del recinto.
Con el público cantando «Olé, olé, olé, Haken», la banda interpretó «Pareidolia», haciendo vibrar a los asistentes. Luego, con una emotiva introducción de guitarras, presentaron «Elephants Never Forget», una canción emotiva y cómica que se destacó por las impresionantes líneas de bajo de Conner Green. Finalmente, «Celestial Elixir» cerró la primera parte de un espectáculo que dejó al público coreando el ritmo de la canción mientras la banda se retiraba del escenario para tomar un breve descanso.
Después de unos minutos y ovacionados por el público, Haken regresó al escenario para cerrar la noche interpretando en su totalidad las cinco partes de «Messiah Complex» («Ivory Tower», «A Glutton for Punishment», «Marigold», «The Sect» y «Ectobius Rex»). Esta obra maestra del metal progresivo, caracterizada por sus cambios de ritmo y estilos que van desde el jazz fusión hasta el metal pesado, creó una experiencia musical emocionante y una conexión especial con el público. Tras cerca de dos horas de espectáculo, Haken se despidió de su público, realizando la tradicional fotografía grupal mientras el público aún coreaba la última parte de la mencionada canción, rindiendo homenaje a una noche inolvidable llena de emociones.
En resumen, el espectáculo presentado anoche por estas tres bandas es un testimonio del talento y la pasión con la que los músicos actúan. Cada banda ofreció un concierto emotivo y lleno de sensaciones que dejó a todos los presentes satisfechos y coreando canciones incluso después de que las luces se apagaran. La conexión entre Haken y Chile se hizo más evidente que nunca, fortaleciendo un vínculo que perdurará en el tiempo, donde Haken será siempre bienvenido como en su propia casa. Una noche inolvidable para los amantes del metal progresivo. Agradecemos a SPIDER y a toda la producción que estuvo detrás de este tremendo espectáculo.
Nota de Kevin Fuentealba
Fotos de Francisco Aguilar – Spider Prod ©️
