Cinco años habían transcurrido desde la última visita de los británicos Saxon a nuestro país. Los fanáticos del grupo se encontraban impacientes para presenciar nuevamente a las leyendas del metal británico. Finalmente, el Club Blondie se convirtió en el escenario para presenciar la majestuosidad y la experiencia de la banda, promocionando su último álbum, «Carpe Diem», junto a los estadounidenses Madzilla.
El ambiente en los alrededores del club ya presagiaba una velada emocionante. Fanáticos de todas las edades se congregaron luciendo las emblemáticas camisetas de la banda. Dentro del recinto, reinaba una atmósfera serena mientras cada persona se acomodaba, anticipando el ansiado retorno de Saxon a nuestro país.

Con las luces atenuadas y la oscuridad total, Madzilla irrumpió en el escenario con una apertura cautivadora, desatando luego un poderoso riff. Su presentación, recodando del heavy metal de los años ochenta, resonó sólidamente, conquistando a la creciente masa que movía la cabeza, aplaudiendo y gritando en apoyo a la banda.

Temas como «Your Nemesis», «Vengeance», y «Endless Damnation» consolidaron el espectáculo de Madzilla, ganando gradualmente el afecto del público. Culminando con una foto conjunta con los brazos en alto, Madzilla se despidió entre una ovación de la creciente multitud.

Minutos avanzaban y el Club Blondie se llenaba rápidamente con fans impacientes por la aparición de Saxon. Los cánticos y coreos incesantes del nombre de la banda llenaban el ambiente.
Alrededor de las 21:00 horas, las luces se desvanecieron, dejando solo el nombre de la banda brillando en la pantalla. Al ritmo de una introducción, los miembros de Saxon surgieron saludando a su público, dando inicio con «Carpe Diem (Seize the Day)» frente a una multitud entregada.

Vestidos de negro y desbordando potencia en cada nota, continuaron con «Motorcycle Man», desencadenando la euforia total en el recinto. «Age of Steam» prosiguió mientras Nibbs Carter desataba su locura en las cuerdas, inspirando al público y moviéndose incansablemente de un lado a otro.
La banda se tomó un momento para reconocer a su público, sorprendiendo a Biff Byford, quien destacó la pasión del público con un enérgico «¡Santiago tiene grandes cojones!».

Sin titubear, Saxon arrasó con «Power and the Glory», «Dambusters», y «Dallas 1 PM», ejecutando cada pieza con velocidad e impecabilidad. El público, exaltado, saltaba sin descanso, mientras un escenario adornado únicamente con el nombre de Saxon en pantalla y potentes parlantes, iluminados al ritmo de la música, realzaba la atmósfera.
Tras un instante de interacción con la audiencia, Byford autografió un vinilo antes de interpretar «Heavy Metal Thunder», desatando la locura entre los presentes, incluso lanzando una botella de agua hacia el público efervescente. Sin pausa, prosiguieron con «Sacrifice», manteniendo el ritmo constante y la entusiasmada respuesta del público.

Después, entre aplausos constantes, Saxon jugó con la audiencia para elegir la siguiente canción entre «Broken Heroes«, «Ride Like the Wind« y «Crusader«. A pesar del vitoreo por las tres, «Crusader» resultó la elegida, coreada a todo pulmón en Blondie. Continuaron con la icónica «Ride Like the Wind», mientras el público saltaba sin cesar, entonando a capella el coro «And I’ve got such a long way to go, To make it to the border of Mexico«, marcando uno de los momentos destacados de la noche.
Tras interpretar «Dogs of War» y «Solid Ball of Rock», la banda interactuó con su público, recibiendo regalos como una chaqueta bordada que fue vestida por Nibbs Carter el resto del show; y una púa de guitarra para un emocionado miembro del público, cortesía de Doug Scarratt. Acto seguido, interpretaron «And the Bands Played On».

Con potentes riffs y virtuosismo, continuaron con «Never Surrender» y la emblemática «Wheels of Steel». Al concluir esta última, Byford capturó el momento grabando a la audiencia con su teléfono antes de que la banda dejara el escenario para un breve descanso.
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Con las luces apagadas y el público impaciente, la banda regresó aclamada para interpretar «The Pilgrimage», recibiendo una ovación entre palmas y gritos. Byford tomó un momento para adelantar su próximo álbum, «Hell, Fire and Damnation», programado para enero de 2024, antes de emocionar a la multitud con «747 (Strangers in the Night)», coreada sin pausa e incluso a capella por momentos.

Tras una breve pausa, Nigel Glockler sorpresivamente se unió al escenario y la banda volvió rápidamente, con Carter lanzando una cerveza al público. Interpretaron «Denim and Leather» con icónicos y virtuosos solos de guitarra, coreada fervientemente por todos
Luego, Byford señaló la hora de despedirse, aunque no sin antes interpretar la clásica e icónica «Princess of the Night», coreada fervorosamente por el público y convirtiéndose en el clímax de la noche, donde la banda se reunió al centro del escenario para despedirse.
¿El final? ¡Claro que no! Tomaron lugar nuevamente para interpretar «Strong Arm of the Law» ante un público eufórico que coreaba sin descanso. Tras casi dos horas de heavy metal, Saxon se despidió agradeciendo el cariño del público y regalando púas a varios asistentes.

El evento fue electrizante. A pesar del tiempo, la banda sigue tocando con impecabilidad y virtuosismo, demostrando su vasta experiencia en una larga carrera musical. La inclusión de Madzilla fue un acierto, siendo el acompañante perfecto en una noche de Heavy Metal; incluso con una interacción final con el público, regalando fotografías y promocionando su trabajo, fue un toque especial.
Saxon siempre será bienvenido en Chile; su conexión con el público durante la noche en Blondie Club demostró que el NWOBHM sigue vibrando en los corazones, tanto de los jóvenes fanáticos como de los más veteranos. Personalmente, fue una noche inolvidable que reafirma la vigencia del género.
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Agradecemos a Atenea Producciones por la invaluable oportunidad de presenciar el show de Saxon.
Nota de Kevin Fuentealba
Fotos de Mariano Beuses