El Master of Rock 2025 en el Movistar Arena vivió su segunda jornada con una energía arrolladora, llevando a los fanáticos del metal y el hard rock a un viaje épico. Desde las primeras notas de Enigma, hasta el cierre monumental de Scorpions, la noche estuvo llena de himnos, nostalgia y momentos que quedarán grabados en la memoria de todos. El público, entregado como nunca, coreó, aplaudió y se entregó por completo a las leyendas que hicieron de este evento una experiencia única. El Movistar Arena vibró con la potencia de bandas históricas, cada una dejando su huella y demostrando por qué el metal sigue siendo el rey de la música en vivo.
Enigma, liderados por el carismático Álvaro Paci, fueron los encargados de abrir la segunda jornada del Master of Rock en el Movistar Arena. Con 35 años de trayectoria a cuestas, la banda nacional entregó un show sólido y emotivo, donde temas como “Los 33”, “El Camino del Dolor” y “Voces Disidentes” resonaron con fuerza y contenido. A pesar de ser los primeros en subir al escenario, fueron cálidamente recibidos por un público que comenzaba a llenar el recinto con entusiasmo. Su presencia marcó un inicio con identidad y memoria, dejando en alto el nombre del rock chileno en una noche dominada por leyendas internacionales.

Queensrÿche regresó a Chile tras 17 años de ausencia bajo ese nombre, y lo hizo con un show que dejó a todos boquiabiertos. Con una puesta en escena impecable y un setlist que recorrió varios de sus himnos más icónicos desde “Queen of the Reich” hasta “Eyes of a Stranger”, la banda demostró que sigue tan vigente como siempre. Todd La Torre, quien ha estado al frente del micrófono desde 2012, brilló con un registro vocal potente y afinado, haciendo justicia al legado de la banda con una interpretación apasionada. La conexión con el público fue inmediata, y el Movistar Arena respondió con ovaciones y cantos, recibiendo a Queensrÿche como lo que son: pioneros del metal progresivo con una historia que aún tiene mucho que decir.

Lo de Europe fue simplemente brutal. Con una calidad vocal intacta, Joey Tempest reafirmó por qué es uno de los mejores frontman del rock mundial: carismático, energético y totalmente conectado con el público chileno. Su show fue una verdadera montaña rusa de clásicos, desde la emoción de “Carrie” hasta el éxtasis total con “The Final Countdown”, que desató el delirio en el Movistar Arena. Además, Tempest se ganó aún más al público soltando algunos garabatos al más puro estilo local incluido un potente “conchetumare” que arrancó risas y aplausos. Fue una presentación redonda, llena de energía, nostalgia y pura fiesta rockera.

Scorpions cerraron la segunda jornada del Master of Rock con una clase magistral de rock clásico, demostrando por qué siguen siendo leyendas vivas después de 60 años de historia. Klaus Meine, pese a los problemas de salud que ha enfrentado, mantuvo una voz firme y conmovedora, especialmente en himnos como “Wind of Change” y “Still Loving You”, que fueron coreados a todo pulmón por un público completamente entregado. El solo de batería de Mikkey Dee fue uno de los puntos más altos de la noche, desplegando técnica, potencia y carisma, mientras las guitarras de Rudolf Schenker y Matthias Jabs nos sumergían en una ola de nostalgia con riffs que marcaron generaciones. El cierre con “Rock You Like a Hurricane” fue simplemente apoteósico, dejando al Movistar Arena rugiendo de emoción.

La segunda jornada del Master of Rock 2025 fue una verdadera fiesta del metal, donde las leyendas del género brillaron con todo su poder. Desde la calidez del público chileno recibiendo a Enigma, hasta el cierre explosivo de Scorpions, cada banda dejó una huella imborrable en el Movistar Arena. La energía de la audiencia, combinada con la destreza de los músicos, hizo de esta jornada una experiencia única que no solo celebró el pasado, sino que también reafirmó el lugar del metal en el corazón de Chile. Con 60 años de historia para Scorpions, y el retorno de grandes como Europe y Queensrÿche, esta noche demostró que, aunque el tiempo pase, el metal sigue siendo un fuego que no se apaga.

Nota: Luis Bonilla
Fotos: Eduardo Sandoval/@edo_cl