Por: Aarón Vergara
Fotos: Francisco Rocco
La noche de este sábado 7 de septiembre fue especial en diversos aspectos. Primero estuvo aquel esperado reencuentro con The Drums y el carismático Jonny Pierce. Segundo fue la calidad sonora que tenían sobre el escenario con una mezcla limpia y bastante clara. Y tercero, pero no menos importante, la conexión que esta banda pareciera siempre lograr con su música y letras.
Vamos por parte. A las 20:00 horas, Safo tenía una importante tarea, debutar en un escenario como el Teatro Coliseo, que por pequeño que se sienta a veces -dependiendo de la banda principal claramente-, siempre representa un hito en la carrera de cualquier artista nacional, sobre todo en una que con sus pocos años de carrera ya muestra una gran proyección en la nueva escena alternativa chilena.
Con una buena vitrina a su trabajo, que nos dejó canciones como “999” o “Desfase” de “Sin Señal”, su primer EP de 2021; hasta la presentación de su más reciente material con “No Quiero Ser Tu Amiga” junto a Martina Lluvias en el escenario, y el adelanto de su próximo disco que mostró con la belleza etérea de “Dormida”, Safo dio una limpia y emotiva performance. De seguro le traerá nuevas escuchas a su efervescente fanaticada.
Cuando el reloj marcó las 21:00 horas, las letras rojas con el logo de la banda eran lo único que iluminaba el escenario. Eso fue hasta que Jonny hizo su entrada triunfal con una bella chaqueta de brillantes amarillos. De más está decir que fue una explosión de aplausos y gritos.
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El Coliseo se transformaría en algo cercano a una pista de baile, donde era imposible no moverse al ritmo de “What You Were”, la gran encargada de dar el puntapié inicial de la noche. Le siguieron de inmediato la bella “Obvius” y la genial “Best Friend”. Era una total fiesta donde algunos seguían con su baile, otros saltaban, pero la gran mayoría -que a esa hora repletó el teatro- cantaban con fervor aquellas grandes canciones con las que uno fácilmente se puede identificar.
Pierce es un frontman fenomenal. Desde su impecable voz, hasta la emotividad de cada fraseo, era imposible no quedarse atrapado viéndolo moverse por todos lados del escenario y bailar de una manera tan libre grandes canciones como “Days”, “Book Of Revelation” o “I Need A Doctor”. Aunque no puedo dejar de destacar a los grandes músicos que lo acompañaban, que supieron agregarle una mayor versatilidad a cada tema, sobre todo su batero.
Chile representaba la última parada por la gira por Latinoamérica, por lo que era una noche que sin duda tenía que ser especial. Y la verdad es que así se sintió tanto para el frontman como los cientos que a esa hora disfrutaban el espectáculo.
Es curioso como la disonancia de los ritmos más bailables de sus canciones se mezcla a la perfección con el aura triste que tienen sus melodías. Tal como se sintió en la gran “Book Of Stories”, canción importante para Jonny y por la que espera ser recordado. “In The Cold” se sintió similar pero con una catarsis emocional en el cierre de esta gran composición y “Lets Go Surfing” cerró de manera espectacular la primera parte del show. Así se fueron los primeros 45 minutos, que dejó una suma bastante generosa de grandes temazos, pero aún faltaban más.
Con su regreso, “Money” desató la locura total. De las más esperadas, donde las voces se unían para cantar aquellos coros con los que tantos se identifican, mientras que otros simplemente disfrutaban el momento a saltos y empujones. Todo parecía válido. Pero había que bajar las revoluciones para darle espacio a una de las partes más especiales del show, la tripleta dedicada a su más reciente álbum.
La emocionalidad que cargan grandes canciones como “Better”, “Harms”, pero sobre todo “Little Jonny” dejan un nudo en la garganta de cualquiera que se encuentre en estas dolorosas letras. Fue en esta última donde se vivió un momento hermoso que dejó a la voz de Jonny en solitario ante el más absoluto silencio de un público que no le quitó la mirada de encima.
El cierre fue perfecto. Primero con “I Don’t Know How To Love” y luego con “I Want It All” dos canciones para dar el último canto a toda voz. Realmente, The Drums es de esas bandas que en vivo suenan aún mejor. Pese a que dejaron hace mucho de ser una banda como tal para ser el proyecto solista, se nota cómo este ha encontrado grandes músicos con los que respaldar sus hermosas composiciones.
Aunque varios quedaron con ganas de más ante un cierre que se sintió un tanto abrupto, la verdad es que fue un concierto con un setlist más que generoso. La banda nos dio lo mejor de su discografía con el eje central del bello disco “Jonny”, el cual demuestra que Pierce siempre ha sabido hacer canciones que conecten de una manera especial con su público.
