Por: Lukas Arias (@lukariass)
Fotos: Cristian Belano (@cristianbelano)
Una jornada caótica desde la mañana en las calles de Santiago y a la tarde también, al intentar llegar al recinto que le dio vida al show de la noche pasada de Turnover, la aclamada banda de Virginia Beach, que mezcla lo que fue el rock alternativo / post hardcore de sus inicios y el indie rock / shoegaze o dream pop que lo distingue actualmente.
Estoy Bien
El show de apertura de Estoy Bien fue una experiencia emocionante y precisa, donde la banda exhibió su distintivo estilo que fusiona el post hardcore y el pop punk. Aunque el público mostró cierta timidez, algunos se dejaron llevar por los contagiosos riffs, demostrando la intensidad de la lírica de la banda. Con un repertorio que abarcó tanto su álbum reciente «Apoyo Emocional» (2023), como su primer EP «Lo Que Intentamos Hacer» (2020), Los chilenos cautivaron tanto a sus seguidores como a los nuevos espectadores, ofreciendo una propuesta musical intrigante e interesante.
El trío nacional ofreció un total de nueve canciones, mostrando su habilidad para crear momentos emocionantes tanto para quienes conocían su música como para los nuevos oyentes. Su elección como banda telonera para el espectáculo de Turnover demostró ser acertada, recordando los viejos tiempos como el primer EP y/o álbum de los norteamericanos, con su estilo punk o post-hardcore distintivo. En resumen, Estoy Bien dejó una impresión duradera como una banda en ascenso que promete seguir cautivando audiencias en la escena musical nacional e internacional.
Setlist
Turnover
Pasados tres minutos de la hora estipulada, las luces se desvanecen y, con un jam inicial, irrumpen en escena con «Tears of Change» bajo una sutil luz azul y humo, creando una atmósfera de calma que envuelve cada acorde y evoca la esencia de Pink Floyd (al menos me hizo recordar eso). El siguiente tema, «Myself in the Way», que se distinguió por su toque funk, desatando el entusiasmo del público, al igual que con «Ain’t Love Heavy», acompañado de destellos parpadeantes en el fondo. El vocalista, en su primera visita a Chile, expresa su asombro por estar allí, mientras el ritmo contagioso hace eco en cada corazón presente. No faltan los gritos de admiración de las fanáticas (y uno que otro hombre), como el clásico «¡Mijito rico!», y luego al resonar los primeros acordes de «Humming» todo se descontroló.
Temazos como «Like Slow Disappearing» y «Super Natural» hicieron que la audiencia sienta aún más el cambio y el ritmo, transformando el baile en una fervorosa celebración. El ambiente se carga de emoción y euforia a medida que avanza el set. El espectáculo, que comienza con una cadencia suave, va escalando en intensidad, manteniendo una línea melódica profundamente atmosférica, influenciada por artistas como The War on Drugs y Basement. Al final, la locura se desata, con el público entregado al mosh y los saltos, incluso algunos se aventuran al crowdsurfing, un espectáculo poco común en este género, que sorprende gratamente por el cambio de ritmo desde el inicio hasta el clímax.
El repertorio se centra en su segundo álbum, «Peripheral Vision» (2015), con temas como «New Scream» y «Diazepam», donde la melodía, los acordes y la pasión del público alcanzan su punto álgido. La banda agradece una vez más y concluye con «Dizzy On the Comedown», «Take My Head» y «Hello Euphoria», capturando a la perfección la atmósfera de esa noche mágica. «Hola euforia», exclama el título de la última canción, reflejando la intensidad y la motivación palpable en la audiencia, especialmente aquellos que se encontraban en primera fila, testigos del caos controlado que se desataba a su alrededor. El broche de oro llega con «Cutting My Fingers Off», una canción solicitada fervientemente durante todo el concierto, que resume la experiencia desde la serenidad de los primeros compases hasta la explosión sonora del coro.
Austin, agradecido, declara que es una de las mejores ciudades para tocar, mientras despide al público. Una noche mágica, resumida en pocas palabras.
Setlist
Produce: Monkey