El pasado 30 de noviembre, el Estadio Monumental se convirtió en el epicentro de la nostalgia y la euforia musical con la presentación de la icónica banda británica, The Cure.
42 mil fanáticos esperaron ansiosos para sumergirse en un viaje musical que prometía ser épico, y ciertamente, no decepcionó.
La antesala de una increíble velada
La espera llegó a su fin cuando pudimos ingresar al recinto pasadas las 19:30 horas. La última de las bandas teloneras, Just Mustard ya estaba en el escenario. Con su rock experimental, los irlandeses dejaron una atmósfera propicia para el invitado principal.
Su presentación fue más que una simple antesala; poseía una melodía etérea y una voz mística que lograron captar la atención de todos los presentes.
Una vez finalizada su presentación y tras unos breves problemas técnicos, el escenario se iluminó poco después de las 21:00 horas, y la intro con sonido de lluvia dio indicios de la magia que se avecinaba. La anticipación en el aire era palpable cuando Robert Smith y compañía aparecieron en el escenario, listos para llevarnos en un viaje a través de décadas de éxitos.
El momento más esperado de la noche
El show de The Cure fue una experiencia sensorial completa y emotiva. Cada canción interpretada por la banda brindaba un recuerdo que hacía al público bailar, reír, cantar, emocionarse y, en algunos casos, incluso llorar. El repertorio, lleno de éxitos clásicos, abarcó una amplia gama de emociones, creando una conexión única entre la banda y sus seguidores.
Robert Smith se mostró extremadamente afectuoso con su público, interactuando de manera cercana y agradecida. Al final del espectáculo, se despidió con gratitud, agradeciendo a la audiencia por ser parte de una noche tan especial.
Además, no podemos pasar por alto el excelente juego de luces, que añadió una dimensión visual impresionante a la experiencia, y la energía inigualable de Robert en el escenario, que irradiaba pasión y devoción por la música.
Durante las canciones más emotivas, todo el estadio se llenaba de estrellas, los espectadores encendían sus linternas moviéndolas de un lado a otro para acompañar la melodía haciendo que el recinto pareciera una constelación en medio de la noche.
Un repertorio de infarto
La lista de canciones seleccionadas para la noche fue un regalo para los fanáticos ávidos de escuchar los clásicos atemporales de The Cure. Desde «Lovesong» hasta «Boys Don’t Cry», cada melodía resonó con fuerza en el estadio, creando momentos que quedarán grabados en la memoria de los presentes.
Entre las destacadas se encuentran «A Forest» y «Disintegration», que sumergieron al público en atmósferas melancólicas y reflexivas. «Friday I’m in Love» y «Close to Me» desataron la euforia colectiva, con la multitud coreando cada palabra.
Última impresión
En resumen, el concierto de The Cure en el Estadio Monumental fue más que un simple espectáculo; fue un viaje emocional a través de la historia musical de una banda que ha dejado una marca indeleble en la escena musical. Una noche mágica, llena de nostalgia, pasión y entrega que seguramente quedará grabada en la memoria de todos los afortunados que pudieron ser parte de esta experiencia única.
Setlist completo del evento