Por: Lukas Arias
Fotos: Cristian Belano
La noche del viernes 6 de diciembre marcó un hito inolvidable para los fanáticos del deathcore y el metal extremo en Chile. El esperado debut de Thy Art Is Murder en tierras nacionales prometía ser histórico, pero el evento también estuvo marcado por un hecho inesperado: la ausencia de Whitechapel, referentes indiscutidos del deathcore mundial, quienes no pudieron formar parte de la gira sudamericana debido a problemas de salud.
A pesar de la ausencia de Whitechapel, el espectáculo siguió adelante, con Thy Art Is Murder encabezando la fecha tanto en Chile como en el resto de Sudamérica. Para esta ocasión, se anunció la incorporación de los nacionales Before Breathing, quienes compartieron escenario con los porteños de Loud. Ambas bandas fueron las encargadas de encender los ánimos y preparar el terreno para la brutalidad que se desató en la inolvidable jornada de anoche.
Puntualmente a las 20:00 horas, el cuarteto rancagüino Before Breathing irrumpió en el escenario del Teatro Teletón con una sobriedad que marcó el inicio de su presentación. Sin pistas introductorias, comenzaron de manera contundente con “Burn This Nation”, tema extraído de su EP Born into the Chaos (2018). A lo largo de su actuación, la banda ofreció un setlist de seis canciones que incluyó material tanto de su mencionado EP como de su álbum Eternal Shadows of Existence (2021).
En términos sonoros, el show fue impecable, con una calidad técnica por parte de los músicos que brillaron sobre el escenario, con el vozarrón brutal de Jorge Young, miembro fundador, que junto con esto, agregando el destacado e impresionante juego de luces, el cual potenció la atmósfera del recinto. Sin embargo, en cuanto a la puesta en escena, el amplio espacio del escenario pareció jugar en contra, ya que la falta de movimiento de la banda dejó una sensación de vacío visual, con solo tres integrantes de pie mientras el baterista permanecía en su lugar.
El cierre llegó de manera sorpresiva con “The Fall of Men”, momento en el que la audiencia comenzó a desatarse. Los primeros karatecas de la noche, como dicta la tradición del deathcore, animaron el ambiente con patadas al aire, generando el caos esperado. A pesar de la ausencia de un bajista, los representantes de la VI Región conquistaron al público, quienes no escatimaron en aplausos y ovaciones al final de su sólida presentación.
En tiempo récord, se realizó el cambio de set para dar paso a Loud, banda oriunda de la V Región, que en solo 30 minutos logró encender los ánimos y preparar el terreno para los estadounidenses. Con su propuesta de metalcore fusionado con toques de melodeath, los porteños consiguieron motivar al público, que poco a poco iba llenando el teatro.
Sus breakdowns inesperados sorprendieron incluso a los oyentes nuevos, dejando más de una boca abierta. Aunque su estilo no parecía ser el más afín al plato fuerte de la noche, supieron ganarse al público con una energía desbordante que incentivó nuevamente las características patadas karatecas. La audiencia respondió con entusiasmo, dejando en claro su aprobación hacia el conjunto.
Destacaron por su impecable calidad sonora y una puesta en escena bien trabajada. Particular mención merece su tecladista, quien, con su interacción constante con los asistentes, supo mantener el entusiasmo en su punto más alto. Loud demostró estar perfectamente preparados y cómodos sobre el escenario, cerrando su presentación con un show sólido que dejó a la audiencia más que conforme.
La noche avanzaba y el Teatro Teletón se llenaba cada vez más de fanáticos ansiosos, muchos de ellos atraídos inicialmente por la participación de Whitechapel, quienes, como mencioné, no pudieron ser parte de la gira sudamericana debido a problemas de salud de su vocalista. Sin embargo, la expectativa por el debut de Thy Art Is Murder en Chile mantuvo a todos firmes en sus lugares, listos para disfrutar de una noche inolvidable.
El ambiente comenzó a encenderse cuando sonó la emblemática “We Like to Party” de los neerlandeses Vengaboys, la tradicional introducción de los shows de la banda, que desató una oleada de cánticos y tarareos entre los asistentes. A las 21:30 horas, puntualmente, las luces se apagaron y el escenario se iluminó para recibir al baterista Jesse Beahler, quien marcó el inicio del espectáculo con los poderosos toms de “Destroyer of Dreams”, tema extraído de su más reciente álbum Godlike (2023). Los aplausos y gritos no se hicieron esperar cuando el resto de los músicos tomó sus posiciones, liderados por Tyler Miller, el nuevo vocalista que lleva más de un año reemplazando al histórico CJ McMahon.
Desde los primeros acordes, la locura se desató en las primeras filas. Fue durante el segundo tema, “Blood Throne”, cuando el público abrió los primeros circle pits de la noche, siguiendo las órdenes de Miller, quien constantemente avivaba a los asistentes: “¡Quiero que todos se muevan, incluso cuando baje la intensidad!”. Dicho y hecho, los fanáticos chilenos demostraron por qué son reconocidos como uno de los públicos más intensos del mundo, título respaldado por la misma banda en sus redes sociales: “Ustedes fueron la audiencia más bulliciosa hasta ahora”.
El setlist estuvo cargado de momentos memorables. Canciones icónicas como “Holy War”, con su intro cargada de misterio potenciada por un impresionante juego de luces, fueron coreadas a todo pulmón. Por otro lado, clásicos como “Slaves Beyond Death” encendieron al público con gritos y moshs que se asemejaban a torbellinos de violencia, mientras el coro “slaves… slaves beyond death” resonaba en el recinto.
La banda entregó un show impecable tanto en ejecución musical como en presencia escénica. Los integrantes ocuparon cada rincón del escenario con desplante y energía, creando un espectáculo visual que complementó su potente sonido. Destacó especialmente Tyler Miller, quien mantuvo una conexión constante con el público, guiando los momentos de mayor intensidad y motivando cada movimiento en la pista.
El punto culminante llegó con “Reign of Darkness”, la penúltima canción del set, que desató uno de los moshs más masivos de la noche. Finalmente, cerraron con “Puppet Master”, dejando el escenario envuelto en un caos controlado: cuerpos sudorosos, marcas de batalla, sangre y una energía incansable que no cedió en ningún momento.
Así culminó el tan esperado debut de Thy Art Is Murder en Chile, una noche que dejó a los fanáticos del género más extremo del core completamente satisfechos. La banda, visiblemente impresionada por la intensidad del público chileno, sin duda considerará un pronto regreso para seguir deleitándonos con su brutalidad musical y su imponente espectáculo.
Produce: Atenea