Ya es miércoles 4 de diciembre de 2024, y el día comienza como cualquier otro. Sin embargo, para algunos de nosotros, es el día en que la rutina se detiene por completo. En la ciudad de La Serena, iniciamos la jornada laboral con el entusiasmo de saber que, al final del día, la monotonía se transformará en recuerdos, marcados por una cronología musical que comenzará a las 19:30.
Quien provoca esta pausa en el ritmo del reloj es Pedro Aznar, que llega al Teatro Centenario para compartir un recorrido por sus 50 años como músico. Mientras la fila de personas en la entrada del teatro se va acomodando en sus asientos, el compositor local Micho Quinteros ameniza el momento con su indie rock. Ya son las 19:45 y los asientos vacíos escasean. La puntualidad es una característica de este público de amplia diversidad etaria.
A eso de las 20:10, con los 1,200 asientos del Teatro Centenario ocupados, Pedro Aznar da inicio a la celebración de sus 50 años con una introducción en guitarra. La audiencia, respetuosa y quizás tímida, aplaude al final de la melodía. Aznar nos explica que el orden de sus canciones está pensado para recorrer su discografía, comenzando con “El grito de la muerte es el silencio”.
«Para escribir la siguiente canción, usé metáforas de Lewis Carroll, del libro Alicia en el País de las Maravillas, para hacer referencia a los problemas vividos durante la dictadura», comenta Aznar antes de dar paso a «Canción de Alicia en el País», tema de Serú Girán lanzado en 1980.
El tiempo no se detiene
Su primer disco como solista, Pedro Aznar (1982), fue la expresión de sus deseos como músico, en el cual plasmó sus influencias musicales. A este álbum pertenece la siguiente canción que canta en un coro de tres voces grabado capa sobre capa en el escenario: su versión de «Because» de The Beatles.
Tras el lanzamiento de su primer álbum, Aznar se trasladó a Boston, donde conoció a Pat Metheny, quien lo invitó a grabar un disco y luego a salir de gira. En el escenario, Aznar cuenta que en esa etapa de su vida se sintió verdaderamente representado con lo que hacía, y con esa reflexión da inicio a «Más allá». El sonido de las cuerdas de su guitarra transporta al público a un tiempo nostálgico. El Teatro Centenario se llena con las pulsaciones de un corazón tranquilo.
A las 20:48 suena una de las canciones más esperadas de la noche: “Tu Amor”, un tema de 1991 que comparte con Charly García.
«Cuando terminó la gira de Serú Girán en Estados Unidos, iba en un taxi escuchando una canción de Elton John y me sorprendió darme cuenta de que nunca había escuchado sus discos completos. Al día siguiente me compré una recopilación de sus álbumes y, en 1993, cuando quise dejar de tocar en bandas, grabé una versión de la canción que, sorprendentemente, salió bien a la primera. Fue ahí cuando se volvió icónica y ahora es imposible no tocarla en mis conciertos», cuenta Aznar antes de interpretar «Ya no hay forma de pedir perdón».
Ya avanzada la noche, Pedro Aznar cambia de instrumentos como quien cambia de calcetines. A las 21:00, se pasa a la guitarra eléctrica y toca «Quebrado». Luego continúa con «Rencor», tema del disco Ahora, que, según él, habla sobre vivir el presente, el amor y el optimismo.
Muchas de las versiones que Aznar hace de otros artistas son muy conocidas y coreadas, pero sin duda, en esta ocasión, “Barro tal vez” se destacó entre todo el repertorio. «Fuera de donde se celebra la Feria del Libro en Buenos Aires, hicimos una ceremonia de agradecimiento y homenaje a Luis Alberto Spinetta«, recuerda Aznar.
El concierto llega a su fin a las 21:55 con «Corpoland», pero el público no se conforma y comienza el ritual típico de los conciertos: los vitoreos y gritos por una última canción. Aznar regresa al escenario y, acompañado únicamente de su voz, deja a todos asombrados con «Cuando el amor».
Nota por Amaru Giacometto
Fotografía por Juan Aguilera